Las vacaciones se avecinan y la aventura de las familias por las carreteras comienza. Preparativos de equipaje, planeación y transporte se encuentran listos pero las condiciones del auto ¿también fueron revisadas?
Existen muchos puntos a revisar en nuestro vehículo pero ahora nos enfocaremos a una de las más importanes, las llantas. Estas pequeñas superficies de contacto son las que mantienen el auto en el camino y por esto mismo es que no debemos de pasarlas por alto.
La revisión visual
Para comenzar, debemos observar nuestras llantas y ver el estado del dibujo. Todos los neumáticos cuentan con salientes entre los surcos que sirven de indicadores de desgaste, por ningún motivo el dibujo de la llanta debe estar a la par de dicho “avisador”.
El desgaste de la llanta debe ser uniforme, es decir que no debe tener por la parte interna (o externa) partes lisas ya que esto indica una mala alineación o incluso problemas con la suspensión.
No deben presentar cuarteaduras (esto se nota principalmente en los costados) pues marcan un desgaste excesivo del compuesto del hule que con la velocidad, fricción y calor de la carretera puede causar una pinchadura en pleno movimiento.
Los llamados "chipotes" también son un factor decisivo para cambiar urgentemente una llanta, ya que indican que existe una debilitación de la pared de la llanta, haciéndola vulnerable a un cambio de presión (cargando más el auto).
Llantas nuevas
Si observamos que nuestras llantas presentan alguna de las fallas anteriores, es indispensable realizar un cambio. Existen en el mercado muchas opciones de precios y tamaños, pero siempre es mejor utilizar las marcas reconocidas y con centros de servicios establecidos y de ser posible, respetar las que utiliza el fabricante del auto. Con respecto al tipo de uso, se recomiendan las llantas que puedan utilizarse en todo tipo de condiciones -lluvia y pavimento seco.
En el presente existen llantas que ofrecen equilibrio entre la durabilidad y adherencia, ya sea para uso deportivo o convencional en cualquier auto. Al momento de comprarla debemos observar que la llanta no presente alteraciones o malformaciones.
Es importante que en la compra no se alteren las medidas que vienen en el vehículo de fábrica ya que ello puede reducir la eficacia de los frenos, aumentar el consumo de combustible, disminuir el radio de giro y afectar en confort del auto. Recordemos que se deben de cambiar dos llantas como mínimo y se debe hacer para un eje. Es decir, si cambiamos la delantera derecha por alguna pinchadura o rotura, se debe cambiar la izquierda delantera también. Esto funciona para el eje trasero por igual.
Siempre es preferible tener las llantas nuevas o con más espesor de dibujo en el eje delantero, ya que este generalmente carga el peso del motor, la transferencia de peso al frenar y también la dirección, además de que al conducir en carretera, si se nos pincha la llanta trasera podremos controlar el auto con las delanteras pero si pinchamos las frontales la dificultad para controlar el auto será considerable.
El mantenimiento
Todas las llantas cuentan con especificaciones distintas de inflado que vienen señaladas por el fabricante dependiendo del modelo, por lo que es complicado decir a cuánto deben ir infladas las llantas. El manual de usuario del auto cuenta con la medida para dicho fin.
Lo anterior puede llegar a variar dependiendo del uso y peso que se lleve. Por lo regular, en las vacaciones se lleva mucho peso extra por lo que la calibración debe ser la especificada por el fabricante para este fin ya que con el excesivo peso y la fricción del camino puede provocar que la llanta se caliente y pueda llegar a explotar.
Por ello es importante mantener el correcto inflado y utilizar productos para mantener los compuestos de las llantas frescos para evitar resequedad.