Antecedentes
El Audi R8 es el primer súper deportivo de la marca de los cuatro aros. Su existencia se debe en gran parte a la participación que tiene la empresa en la marca italiana Lamborghini, pues la plataforma proviene directamente del más pequeño de los toros italianos, el Gallardo.
Cuando se introdujo por primera vez, montaba un motor más pequeño que su hermano italiano, un V8 de 4.2 y 414 Hp. Posteriormente adoptaría el corazón del Gallardo, el asombroso V10 de 5.2L y 525 Hp que le brindó más velocidad y aceleración, pero ahora, tres años después de la introducción del primer modelo, es el turno de la versión descapotable que por ahora en nuestro país sólo se ofrece con la fuente de poder más grande.
Características Técnicas y Mecánicas
Si observamos la ficha técnica del Audi R8 Spyder V10, no cabe duda de que cuenta con todas las credenciales necesarias para ser catalogado como un súper deportivo. Motor central de 10 cilindros en V (¡sí 10!), 5.2L de desplazamiento, 525 Hp a 8,000rpm, 391 Lb-Pie de torque a 6,500rpm y un consumo supuesto de 8 Km/l (¡Ja! Queremos ver que alguien se resista lo suficiente a no presionar el acelerador para lograrlo).
Las prestaciones están también a la altura pues los 100 Km/h llegan en escasos 4.1seg (0.2seg más lento –o menos rápido- que el coupé con motor V10) y la velocidad máxima ronda en los 315 Km/h.
En nuestro país, Audi sólo ofrece el R8 V10 Spyder con transmisión R-Tronic, que es básicamente una caja manual robotizada de un solo embrague y seis relaciones, pero seguramente si un cliente lo pide con la transmisión manual, creemos que lo podrían importar sin problema.
La tracción se envía, como en casi todos productos de Audi, a las cuatro llantas, pero no por el tradicional sistema quattro, sino la versión corregida y aumentada del mismo que manda más tracción a la parte trasera que a la delantera para combinar la seguridad de un tracción total con el manejo deportivo de uno de tracción sencilla en el eje posterior.
Interior
Aunque la cabina del R8 Spyder es una combinación de componentes de otros productos de la marca, el acomodo y la distribución del tablero en torno al conductor, le dan un toque diferente a todo lo que conocemos de Audi. El tablero “abraza” al conductor, poniendo al alcance de la mano de quien conduce todos los botones y funciones importantes del auto.
Además, la versión V10 del R8 Spyder (única hasta ahora en nuestro mercado), está equipado de serie con varias opciones disponibles en la versión coupé, así que en verdad obtienes más cosas por tu dinero, los 201,000USD que necesitas entregar por el descapotable. Entre estas opciones incluidas encontramos los faros de LED, el Magnetic Ride que al toque de un botón endurece la suspensión para un manejo más deportivo y el sistema de sonido Bang & Olufsen de 12 bocinas de alta fidelidad y más de 500watts de potencia que además incluye la conectividad Bluetooth con micrófonos desarrollados especialmente para autos descapotables.
Probablemente la única desventaja que tiene respecto a su homólogo de toldo duro, es el espacio de la cajuela. En su versión coupé, el R8 ofrece más espacio de carga detrás de los asientos, algo que se pierde en el descapotable pues ahí se guarda el toldo y el mecanismo para plegarlo de manera automática, dejando únicamente el espacio de cajuela al frente que es del tamaño de la lonchera de un niño.
Manejo
Desde el momento en el que observas a lo lejos el Audi R8 Spyder, sabes que será una experiencia fuera de lo común. La eliminación del toldo significa que el auto luce más ancho, y bajo que el coupé, además de que la tapa del motor en la posición central le da un toque muy distintivo y elegante que en las fotografías no se alcanza a apreciar, pero en persona te hace cambiar de opinión.
Abres la puerta como en cualquier otro vehículo y te sientas en una posición baja sí, pero nada fuera de lo ordinario –en autos como el Mazda MX-5 te sientes mucho más en el piso. El tablero y todo lo importante del auto está orientado al conductor, es como sentarte en la cabina de un avión.
Después de manejar autos de lujo y alguno que otro deportivo, te acostumbras a no hacer uso de la llave pues muchos incorporan sistemas de detección de la misma para no tener que sacarla de la bolsa, insertarla y girarla, simplemente oprimir un botón y listo. Este no es el caso del R8 y de hecho, creemos que un súper deportivo, debería de lucir la llave diferente a la de un A3.
Una vez terminado el punto de la apariencia y tecnología de la llave, es momento de introducirla y girarla. Es extraña la sensación pues aunque la llave se siente bastante ordinaria, lo que puedes hacer con ella no lo es. Un impresionante rugido sale por los escapes dobles y las revoluciones se mantienen en un régimen más alto que el ralentí normal hasta que el motor llega a una temperatura adecuada.
La transmisión es R-Tronic de seis cambios y las posiciones de la palanca no son las mismas que en una automática sino que sólo existen tres: neutral, reversa y velocidad engranada o modo automático. Nosotros seleccionamos el modo de velocidad engranada y emprendimos nuestro camino.
Tanto la respuesta del acelerador, los frenos y la dureza de la suspensión resultan ser bastante relajados si no presionamos el pedal derecho demasiado. De hecho a bajas velocidades podría ser un Audi TT sólo que más bajo y con más miradas postradas sobre él en su camino.
Los cambios los realizamos de forma manual y mediante las paletas colocadas detrás del volante, la derecha para ascender y la izquierda para lo contrario, nada de invenciones sin sentido de empujar para ascender y jalar para descender en ambas paletas (¿escuchas Porsche?). El modo automático resulta práctico cuando el tránsito fluye, pero si necesitas detenerte y arrancar brevemente para volver a parar, lo mejor es utilizar la palanca para neutralizar de vez en cuando la transmisión y evitar que el embrague se caliente.
La capota aún sigue puesta, pero al toque de un botón y a no más de 40Km/h se puede presionar el botón montado en la consola central para guardarla en el espacio entre el motor y la espalda de los ocupantes. Si requieres un poco más de ventilación y no puedes abrir la capota, el R8 Spyder cuenta con una ventana en la parte trasera que se puede bajar independientemente de la capota para que funcione como ventilación extra o subir cuando la capota está abajo y así funcionar como difusor de aire para la cabina.
Definitivamente el retirar el toldo provoca que la experiencia al volante sea una totalmente distinta a la de manejar el coupé. La exposición a los elementos climáticos y la vista panorámica son algo que ganas, pero sin duda es el sonido del motor el que más se disfruta. La mejor comparación que he encontrado es la de tener una pantalla de 50 pulgadas en alta definición y escuchar el audio por medio de sus bocinas y posteriormente adquirir un sistema de sonido con 11 bocinas envolvente. Con la pantalla sola vas a obtener una impecable definición visual, pero al conectarla al sistema de teatro en casa, complementas la experiencia y te sientes más involucrado que antes.
Al presionar el botón de Sport, la suspensión se endurece gracias al sistema Magnetic Ride, la transmisión se agiliza para realizar los cambios, la respuesta del acelerador se agudiza y el ya impresionante sonido del V10 se torna más agresivo.
Es en este modo donde más se disfruta manejar rápido el R8 Spyder. La respuesta del acelerador y la entrega de potencia entran como si accionaras un interruptor en lugar de un pedal progresivo. Las revoluciones suben tan rápido y estruendosamente hasta las 5,000 rpm para silenciar un poco pero regresar con un sonido todavía más impresionante hasta llegar al límite de las 8,300rpm, algo que produce cierta adicción por llegar hasta arriba del tacómetro con cada cambio.
La dirección se percibe precisa y gracias al sistema de tracción integral, da la impresión de ir montado sobre rieles. Incluso a bajas velocidades y apretando de más el pedal derecho en plena curva, el auto encuentra la tracción para salir disparado hacia la siguiente. La aceleración, a pesar de la altura en la que se sitúa la Ciudad de México, 2220 MSNM –donde realizamos nuestras pruebas- que le resta aproximadamente un 27%, es suficiente para dejar tu estómago dos metros atrás y continuar con el resto de tu cuerpo cambio tras cambio.
Los frenos no decepcionan y aunque la unidad que probamos no contaba con los opcionales de carbón cerámico, nunca llegó a presentar fatiga ni el más pequeño indicio de esto.
Conclusión
La pregunta al final del día es: ¿El R8 Spyder es mejor que el R8 Coupé? O más bien ¿vale la pena pagar por el descapotable? A nuestro gusto sí, y no sólo por la forma en la que el manejo se convierte en una experiencia más completa, sino también por cuestiones de equipamiento. Mientras que el excelente sistema de sonido Bang & Olufsen y los sensores y cámara de reversa se mantienen como opción en el Coupé, las encuentras de serie en el Spyder lo cual acorta la distancia en precios.
Además de todo, estarías adquiriendo un auto perfectamente usable en la ciudad (días de poco tránsito por supuesto) que puede enloquecer en una pista o una carretera sinuosa y que además te permite disfrutar de los paisajes, el clima y el sonido del V10 de 5.2L en todo su esplendor. Y por si fuera poco, su hermano italiano el Gallardo Spyder es más caro, por lo que el Audi R8 es el Lamborghini más práctico y accesible que puedes adquirir hoy en día.