Antecedentes
Cualquier producto de BMW que venga acompañado de la letra M es un sinónimo de poder, potencia y gran desempeño mecánico, además de un deleite visual, ya que las creaciones que llevan la decimotercera letra del alfabeto son realmente espectaculares.
Empecemos con un poco de historia:
El departamento encargado de los modelos de competencia de BMW fue fundado en 1972, la empresa se llamó simplemente BMW Motorsports GmbH (Gaselischaft mit beschränkter Haftung, en español significa Empresa de responsabilidad limitada). Años más tarde y por cuestiones prácticas el nombre de los productos derivo solamente como BMW M.
El primer producto conocido del departamento Motorsport de BMW es el 3.0 CSL de competencias y que fue cariñosamente bautizado como el Batimóvil por sus adiciones aerodinámicas.
La letra M en los productos BMW siempre viene acompañada de tres franjas con los colores azul, morado y rojo ¿qué significan?
ROJO: Color de la empresa Texaco (aceitera estadounidense) que patrocinaba los desarrollos de M en las pistas, aunque el patrocinio terminó el rojo en el emblema permaneció.
AZUL: Hace referencia a la zona de Bavaria.
MORADO: Es el resultado de la fusión de ambos colores, Rojo de Texaco y Azul de Bavaria.
¿Por qué es una raza en extinción?
El 1 M es un auto para los puristas, la transmisión es completamente manual, es decir, el conductor debe tener total interacción con el motor y los engranes del vehículo, situación cada vez menos común aún tratándose de autos deportivos. BMW no ofrece transmisiones de doble embrague robotizadas ni de accionamiento automático para este 1 M, mientras que los demás productos de la familia si las ofrecen como opción en el caso del M3 o de serie en los X5 M y X6 M.
Características técnicas y mecánicas
Bajo el cofre encontramos una tradicional motorización y conformación de BMW, se trata de un seis en línea, colocado de manera longitudinal y no de manera transversal como en casi todos los autos del mercado. El “seis” en línea está acoplado a una transmisión manual de seis relaciones que envía el poder al eje trasero, como todo deportivo debe ser.
La potencia es de 340 hp a un régimen de 5,900 rpm, la fuerza de torque es altísima, 368.5 lb-pie en el rango de las 1,500 a 4,500 revoluciones.
¿Cómo se logran estas interesantes cifras de poder?
El motor (de la familia N54B30T0) tiene un un desplazamiento de 2,979 centímetros cúbicos, 3 litros para ser más prácticos, posee el sistema VANOS de apertura variable de válvulas y una gestión electrónica MS D81 desarrollada por M para este vehículo, además ofrece inyección directa de combustible y si lo anterior no es suficiente el 1 M cuenta con la asistencia de dos turbocargadores cuya presión de operación está en el rango de 0.8 a 1.0 bar ¡Mucha tecnología en pro de la diversión tras el volante!
Para detener toda esta tecnología generadora de energía cinética hacen falta unos buenos frenos, evidentemente el 1 M incorpora discos en las cuatro ruedas, los delanteros de 360 mm de diámetro y los traseros de 350 mm, en ambos casos ventilados y perforados. Dicho sistema de frenos cuenta con las asistencias ABS, DSC y tiene la facultad de regenerar la energía del sistema de frenos (Brake Energy Regeneration), es decir la energía cinética se transforma en energía térmica que se canaliza al acumulador del vehículo, en lugar de disiparse sin ningún uso.
Diseño
Las medidas exteriores del BMW 1 M Coupé son 4,373 mm de longitud, 1,420 de altura y 1,803 de ancho. El peso total (vacío) es de 1,495 kg (35kg más ligero que el BMW 135).
Ya que hablamos del 135, es importante mencionar que el 1 M Coupé difiere en casi todas las piezas del exterior de su hermano menos vitaminado.
Los costados del auto son agresivos y los pasos de rueda están ensanchados en ambos ejes para dar cabida a los inmensos rines de 19 pulgadas de diámetro, los delanteros son de 9 pulgadas de ancho, calzan unas llantas 245/35 Z R 19, en el eje trasero las cosas son de mayores dimensiones, los rines son de 10 pulgadas de ancho y las llantas tienen una generosa pisada 265/35 Z R 19.
La parte delantera es la más intimidante, la fascia es realmente espectacular y está llena de inmensas tomas de aire que ventilan al radiador, frenos e intercooler.
La parte trasera es más discreta sin por ello dejar de ser intimidante, gracias a las cuatro salidas de escape y otras adiciones aerodinámicas como el pequeño alerón alojado en la tapa de la cajuela.
Confort
Como todo BMW los interiores están muy bien logrados, los materiales son de inmejorable calidad y el ensamble de las partes es prácticamente perfecto, el color predominante es negro, en el caso del 1 M un pespunte de hilo color naranja enmarca casi todo el interior, los paneles de las puertas y parte frontal del tablero tienen aplicaciones de alcántara (material sintético de tacto similar a la gamuza, pero mucho más resistente). Las tapicerías son de cuero en su totalidad y en las cabeceras está presente la letra M que hace tan distinto y emblemático a este modelo.
Por el lado del entretenimiento encontramos que no solo es motor es potente y poderoso, el equipo de audio también lo es, firmado por harman/kardon con 10 bocinas y 300 watts de potencia con la posibilidad de conexión de dispositivos externos con entradas USB, los teléfonos celulares se pueden enlazar via Bluethooth y por si fuera poco, el sistema ofrece un disco duro de 12GB.
El polémico iDrive que permite manipular todas las funciones del 1 M está presente y despliega la información a través de una pantalla de 8.8 pulgadas. Se puede controlar el navegador que es de serie los ajustes del sistema de audio e incluso el aire acondicionado.
Manejo
Sin duda esta es la mejor parte de la historia, el situarse detrás del volante de un vehículo de estas características pone nervioso a cualquiera.
Para otorgarle vida al “seis en línea” hay que introducir la llave (que más bien es un trasponder) en el tablero y presionar el botón de “start”, el sonido del motor de arranque se pierde unos segundos después de presionar el botón y el leve ronroneo emanado de los cuatro escapes se hace presente.
Los instrumentos del BMW 1 M no son nada espectaculares, dos diales negros con numerales y agujas blancas, lucen sencillos y con poca gracia para el no conocedor. El velocímetro marca hasta los 300 Km/h (la velocidad máxima está limitada a 250 km/h) y el tacómetro que marca hasta las ocho mil vueltas, la zona de régimen máximo está en las 6,500 rpms. Solo hay un distintivo que nos indica de que se trata de una pieza extrema, una pequeña letra M, precedida de tres bandas de colores.
Ya una vez bien acomodado en el asiento, con el cinturón colocado, piso el pedal de embrague, que tiene un tacto firme, sin llegar a ser duro y engrano la primera velocidad. El viaje de la palanca es corto y muy preciso.
Podría pensarse que un vehículo con el talante deportivo del 1 M Coupé sería duro e incomodo de manejar en condiciones de transito citadino, si bien la caja manual y el embrague firme no son lo más adecuado para enfrentar un denso embotellamiento, no resultan tan cansados en situaciones de tránsito intenso, si bien el pedal es duro y el constante accionar de la palanca para solo avanzar unos metros puede volverse monótono, no es nada tan grave que no se pueda soportar, en cuanto se llegue a una zona libre o a una autopista la recompensa llegará.
Gracias al par de turbos con los que cuenta el seis en línea, la aceleración es constante y con muy poco retardo (turbo lag) en la velocidad de respuesta del acelerador, el 1 M gana velocidad muy aprisa y el gran torque que ofrece se siente desde un régimen bajo de revoluciones (1,500 rpm).
La puesta punto de la suspensión hace que el trabajo del motor sea impecable, siempre y cuando el camino sea terso y liso, de lo contrario todo el conjunto; rin, llanta, suspensión además de los riñones de los ocupantes sufrirán las consecuencias ya que con unas llantas con perfil tan bajo y un setting de suspensión que prioriza el buen agarre antes del confort, es evidente que el auto es bastante duro.
Hacer un rebase con el 1 M es simplemente una delicia, tan solo basta hundir un poco más el acelerador y el coupé responderá con el menor de los retardos.
La poderosa tracción llega a las ruedas traseras mediante un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado que hace que las zonas sinuosas sean pan comido, pero es prudente comentar que el control de tracción y estabilidad es demasiado intrusivo, dicho control se puede desactivar permitiendo que el BMW 1 M sobrevire un poco, pero para disfrutar de este tipo de maniobras es importante tener en mente que se debe ser un conductor experimentado.
Conclusión
Sin duda la relación Valor-Precio-Potencia y practicidad hacen del BMW 1 M Coupé una opción por la que se pagan uno miles de dólares, que es mucho más inteligente de lo que podría parecer.
En condiciones de uso normal, el auto puede ser hasta familiar, con espacio real para cuatro ocupantes y con una cajuela grande y funcional.
Un verdadero doble propósito, en donde se pueden llevar a los niños al colegio y minutos después disfrutar de todas sus prestaciones en un Track Day.
Honestamente creo que no hay una mejor opción hoy por hoy en el mercado, para los que gustan de vehículos rápidos y deportivos, sin sacrificar la versatilidad de un cuatro plazas.
Hay pocos puntos que cuestionar, uno de ellos sería la falta de llanta de repuesto.