Se trata de un vehículo que causó demasiada expectativa desde su presentación en el Salón de Detroit (NAIAS) de 2008. Su producción tiene como sede las instalaciones de Bowling Green, Kentucky en EUA.
Por obvias razones es apodado “el mata Ferraris” (aunque en acabados no se les acerca ni a los talones, claro que cuesta menos de la mitad de un 458 Italia). Es simplemente el Corvette más poderoso que se haya fabricado en la historia.
¿Cómo lo consigue? Porta una versión bastante modificada del motor LS3, denominado para esta aplicación como LS9, el cual ofrece una potencia de 638 hp a las 6,500rpm y un torque de 604 lb-Pie desde las 3,800rpm. Para ser más claros con estas cifras, es capaz de alcanzar los 100Km/h ¡en menos de 3.5 segundos! Para llegar a esas exageradas cifras, fue necesario dotarlo de un súpercargador y un intercooler para cada bancada de cilindros. Todo el poder antes mencionado llega a las ruedas a través de una transmisión manual de seis marchas.
Sé que habemos muchos escépticos de que los estadounidenses hagan este tipo de autos bien, a lo largo de los años hemos visto inmanejables autos dotados de enormes motores que pareciera fueron planeados sólo para circular en línea recta, deportivos que no frenan ni dan vuelta. El primer deportivo americano que hizo que me tragara mis palabras fue el Ford GT hace poco más de cinco años, pero ahora lo hace también el ZR1. Jamás creí que frenara como lo hace y mucho menos que girara tan bien.
Lo anterior se debe primero que nada al MSRC (Magnetic Selective Ride Control), sistema de control magnético para la suspensión del ZR1, que permite dos tipos de conducción Tour y Sport. Al momento de iniciar la marcha la suspensión es lo más suave posible, pero se endurece conforme la velocidad aumenta para que la contracción del resorte sea la mínima; de hecho cada milésima de segundo el sistema se reajusta para ofrecer el mejor desempeño y la máxima comodidad posibles, conforme a la conducción deseada. En resumidas cuentas, tiene la capacidad de conseguir hasta 1.10 g de aceleración lateral, ¿nada despreciables no?
Después de mencionar que el auto frena tan bien como curvea (o tal vez hasta mejor), es necesario desglosar el por qué: cuenta con discos carbonocerámicos al frente de 390mm con calipers de seis pistones desarrollados por Brembo, mientras que para la parte trasera son de cuatro pistones y los discos alcanzan sólo 380mm de diámetro.
Hemos llegado a otro de los temas cruciales del ZR1: los materiales con los que se construye. Al igual que el Z06, cuenta con un chasís fabricado en aluminio, pero a diferencia, gran parte de los componentes de la carrocería son de fibra de carbono –cofre, facias, toldo (que en este caso no se quita), entre otras. De esta manera se logra que el peso en vacío sea de solamente 1,520 kilogramos.
Como dato cultural, es bueno saber que la versión 2012 del ZR1 volvió al afamado circuito de Nürburgring Nordschleife, en Alemania, para batir su antiguo récord y recorrer el trazado en sólo 7.19:53; aproximadamente siete segundos menos que su antecesor gracias a modificaciones en el chasís, aerodinámica y nuevas llantas (Michelin Pilot Sport Cup Zero Pressure).
Así que el más veloz de todos los Corvette no es para nada un mal regalo de navidad, más de uno lo aceptaríamos con gusto sin tomar en cuenta siquiera de cómo pagaríamos la tenencia. Pero tampoco queremos que por hablar tan bien de él, se piense que se maneja solo, requiere de manos con cierta experiencia ya que incluso con los controles de estabilidad y tracción el auto llega a perder la cola con cierta facilidad si se es brusco con el acelerador.
El ZR1 es diversión asegurada, les confieso que una vez arriba de él es muy difícil bajar, en mi caso fue hasta que el medidor de gasolina estaba por no marcar nada, preferí detenerme a luego tener que empujarlo.
Chevrolet Corvette ZR1 2012 prueba