Wolfsburg, Alemania. No es nuevo para nadie que el modelo más emblemático que tiene Volkswagen en la actualidad es el Golf, el hatchback compacto que se encuentra en su sexta generación y que conocemos en nuestro mercado solo bajo la variante GTI desde la quinta generación es la joya de la corona de la firma teutona.
Aunque la séptima generación está a punto de hacer su debut (a finales de septiembre de este año en el Salón de París), la sexta generación sigue experimentando niveles de ventas increíblemente altos en Europa, lo que le permite conservar el título del auto más vendido por aquellos lares. Dentro de la gama del Golf, el buque insignia es sin duda el Golf R, un modelo que se ubica por encima del GTI y de alguna manera retoma las glorias del extinto R32.
A diferencia de su predecesor que empleaba un V6 de 3.2 litros (de ahí el nombre 32), el Golf R emplea el mismo propulsor de cuatro cilindros y 2.0 litros TSI que conocemos en el GTI, GLI, Beetle Turbo, CC, etc. Pero que gracias a modificaciones en el bloque, pistones, bielas y gestión electrónica entrega una potencia de 270 hp y 258 lb-pie (350 Nm) disponibles entre 2,500 y 5,000 vueltas. Dicha mecánica se acopla a una transmisión manual de seis relaciones o una la DSG de seis que es opcional y que dicho sea de paso es la que equipaba nuestra unidad de prueba.
La potencia es enviada a las cuatro ruedas vía un sistema de tracción integral 4Motion de nueva generación que según la firma trabaja de manera mucho más rápida y eficiente, pudiendo enviar hasta el 100% del torque a las ruedas posteriores en caso necesario.
Todo lo anterior se traduce en una aceleración de 0–100 km/h en tan solo 5.5 segundos en el caso del DSG y 5.7 para el que porta caja manual, mientras que la velocidad punta está limitada a 250 km/h. Unas credenciales así de serias demandan un sistema de frenos a la altura de las circunstancias, por lo que el Golf R emplea discos ventilados de 345 mm adelante y 310 atrás que son resguardados por unos rines de 18 pulgadas.
Evidentemente al ser el Golf más potente y costoso de la gama, equipa prácticamente todo lo que podríamos pedir en un auto Premium, como sistema de navegación, equipo de audio de excelente nivel, asientos deportivos con calefacción, climatronic, volante multifunción forrado en cuero, climatronic, faros bi-xenon, calaveras de LEDs, etc.
¿Sólo un GTI con esteroides?
Tras el volante del Golf R podemos decir que no hay grandes sorpresas, la aceleración es tremenda, como cabía de esperar de acuerdo a los "fierros" que utiliza, la transmisión es rapidísima y la dirección sumamente precisa. Adicionalmente, como buen VW la calidad de materiales y ensamble es excelente, con buen aislamiento del exterior, tanto que es difícil darnos cuenta que tan rápido vamos. No podemos dejar de mencionar también lo noble y predecible que resulta el Golf R aún cuando rodemos a velocidades verdaderamente altas.
El único punto en discusión aquí es si el Golf R resulta muy distinto del GTI, quizá en un circuito la diferencia sea más notable, pero en carreteras, aún tratándose de una Autobahn sin límite de velocidad no se notan diferencias muy profundas. Es decir, la calidad de marcha es perfecta, el comportamiento dinámico intachable. Y aunque ciertamente el R es más rápido, no es más temperamental ni brutal o hasta nervioso como podría ser un Focus RS y ello le roba algo de espíritu. Quizá sea producto del 4Motion, como les sucede a los Audi con sistema quattro. Dicho de otra manera, no está a en entredicho lo veloz o efectivo que es el Golf R, pero quizá falta que VW lo haga un poquito más rabioso, aun cuando ello signifique sacrificar un poco de confort cuando se conduce en ciudad.
Fruto prohibido
No está claro si Volkswagen se animará a ofrecerlo en algún otro mercado, todo parece indicar que no, ya que el precio final sería sumamente alto. Y por lo anterior en verdad digo alto, al nivel de los modelos de entrada de Porsche.
Lo que resulta evidente, es que en Volkswagen hay mucha tecnología de donde echar mano, este Golf R es prueba fehaciente de ello. La suspensión adaptativa o el performance de deportivo pura sangre, transmisión de doble clutch, inyección directa, etc, no hacen más que dejar claro que veremos cosas harto interesantes por parte de VW en los próximos meses, que en definitiva permitirán que se termine la percepción de que en esta marca se trata solo de Vochos o Clásicos.
Manejamos en Wolfsburg el Volkswagen Golf R