El Camaro es parte de la historia asfáltica estadounidense, ya que además de ser uno de los mejores exponentes de los muscle cars, cosechó numerosas victorias en el ámbito deportivo.
Particularmente, los Camaros preparados por Penske sobresalían del resto, asombrando a propios y extraños por su supremacía en las pistas. La réplica de uno de estos vehículos, conmemora aquellas carreras a puro músculo pero a pequeña escala.
Con los colores que le confería en su momento la petrolera Sunoco, este Chevrolet fue cortado para albergar una pista artesanal de slot. Parte de sus pilares y techo quedaron intactos para simular la cobertura de la tribuna, mientras que el circuito aprovecha al máximo las dimensiones del auto.
Podemos destacar el gran nivel de detalle con el que usualmente trabaja la gente de Slot Mods, reconocidos expertos en el armado artesanal de pistas personalizadas. Se puden apreciar bandereros, neumáticos de protección, cartelería, vegetación y una ambientación de época coronada por los competidores originales miniaturizados.