La estrategia que en su momento utilizara General Motors para vender vehículos en Europa evidentemente no fue la correcta. Con el paso de los años, la firma del moño dorado sólo pudo comercializar en el Viejo Continente autos bajo sus subsidiarias Opel y Vauxhall, de origen alemán y británico respectivamente, pero nunca pudo popularizar los modelos que se venden en Estados Unidos, excluyendo al Corvette.
La política de GM con Chevrolet fue ofrecer inicialmente los modelos de la ex Daewoo con el escudo de Chevrolet al frente y luego seguir compitiendo en la franja de bajo precio con los productos globales como el Cruze, mientras que las otras dos marcas antes mencionadas seguían peleando contra el mainstream como Ford, VW, etc.
En los últimos años Chevrolet ha vendido unos cinco millones de vehículos en todo el mundo, de los cuales sólo 150,000 correspondieron al mercado europeo, y además, esas operaciones se cerraron gracias a una agresiva política de descuentos que reducía notablemente su rentabilidad.
Luego de un profundo análisis, Dan Akerson, el saliente Presidente y Consejero Delegado de GM, afirmó que la región europea es clave para el desarrollo de la empresa, que se verá beneficiada por una Opel más fuerte, y la llegada de los modelos lujosos de Cadillac.
El plan pasa por un cese de la actividad gradual que llegará a su fin el 1° de enero de 2016, cuando el Corvette quedará como único estandarte de la firma en Europa. Chevrolet seguirá vendiendo autos en Rusia y en los países de la Commonwealth, mientras que en la UE sólo se podrá adquirir el Corvette, pero se aseguró que los concesionarios Opel seguirán ofreciendo servicio de posventa y de mantenimiento para los Chevrolet vendidos hasta ese entonces.