Tras varios meses de una búsqueda sin éxito de un aliado estratégico, la Compañía Colombiana Automotriz (CCA), ensambladora de los distintos modelos de la marca japonesa, tomó la difícil decisión de dar por terminada su operación en Colombia.
Varios dirigentes de Mazda señalaron que se hizo un análisis a fondo para tratar de seguir en funcionamiento, pero al potenciarse la marca a nivel mundial, la planta quedaba pequeña: sólo producía 1000 unidades al mes, mientras que en México inauguraron una fábrica que puede construir 20,000 vehículos en el mismo periodo de tiempo. Por esto último, los próximos modelos de Mazda serán importados desde México, Japón y Tailandia.
Sin duda es un duro golpe para la industria automotriz de ese país que venía en alza, pero queda claro que sin inversión del estado, nuevos tratados con otros países en donde se vean beneficios para Colombia, e impulsar aún más la mano de obra calificada de los operarios, cada vez será más difícil tener productos en el sector automotor “Made in Colombia”.