Durante el pasado Salón de Ginebra, uno de los vehículos que mas miradas se llevó y que mayor relevancia mediática obtuvo fue el Koenigsegg Reguera, el bólido de la marca sueca que llegó para romper los esquemas con una desmesurada cifra de potencia y con la novedad de carecer de una caja de transmisión. Lo que muchos no te contaron (ya que Koenigsegg fue muy hermética al respecto) es cómo puede funcionar un auto con esta característica, algo que te vamos a explicar a continuación.
Para empezar, vamos a dejar algo en claro: los motores eléctricos entregan su torque de manera instantánea y ojo, que torque no es lo mismo que potencia. Con esto ya bien entendido, vamos a desmenuzar el sistema de propulsión del Reguera:
El vehículo cuenta con un total de cuatro motores, uno de combustión interna (V8 biturbo de 5.0L y 1,100 hp que vamos a denominar “A”) y tres impulsores eléctricos, uno de los cuales se sitúa junto al motor “B” mientras que los otros dos “C y D” empujan cada rueda del eje trasero de forma independiente.
La “magia” del asunto es la siguiente: el Reguera cuenta con un sistema electrohidráulico que acopla y desacopla el motor de combustión de las ruedas. En la partida detenida, este acoplador “separa” al V8 y deja que los impulsores eléctricos C y D entreguen su fuerza (383 libras-pie de torque y casi 500 hp) de manera instantánea y directa al eje trasero. Al ser independientes, pueden actuar como un diferencial, haciendo que una rueda gire más que la otra al tomar una curva, y por su naturaleza eléctrica, estos motores pueden oficiar de control de tracción, ofreciendo microimpulsos para controlar el agarre.
Una vez que el vehículo circula a unas 30 mph (50 km/h), el impulsor eléctrico “B” se encarga de llevar al V8 a su régimen de vueltas óptimo, para que el acoplador electrohidráulico pueda emparejarlo a las ruedas posteriores. Todo esto ocurre en muy poco tiempo, ya que en teoría, al Reguera puede ir de 0 a 62 mph (100 km/h) en 2.8 segundos y llegar a las 248 mph (400 km/h) en apenas 20 segundos.
Una vez que el V8 está totalmente acoplado, su fuerza pasa por un grupo “reductor” que en realidad es multiplicador, ya que tiene una relación final de 1:2.85. Es decir, que una vuelta del cigüeñal equivale a casi 3 vueltas de la rueda. Con esto en mente podrás entender por qué es necesario asistir eléctricamente al vehículo en baja, ya que en los papeles, el Reguera tiene una única relación de transmisión mecánica.
En la nota sobre el lanzamiento del Reguera uno de nuestros lectores preguntó cómo hace este auto para ir marcha atrás si carece de transmisión, una duda muy interesante desde el punto de vista mecánico pero con una respuesta que resulta muy simple ahora que sabemos cómo se impulsa este vehículo desde velocidad cero. Los impulsores eléctricos pueden funcionar tanto para adelante como hacia atrás, y si nos ponemos a pensar que este auto tiene casi 500 hp de pura electricidad sin ningún sistema de transmisión mediante, quizás estemos ante el futuro Récord Guinness de aceleración y velocidad máxima en reversa.