Sinónimo de pasión sobre cuatro ruedas, la empresa fue fundada el 24 de Junio de 1910 por un grupo de empresarios y hombres de negocios afines al automovilismo. Encabezados por el Cavaliere Ugo Stella, se hicieron cargo de la planta de 36.000 m² de la fallida Societa Italiana Automobili Darracq, filial de la casa francesa, y denominaron a su compañía: Anonima Lombarda Fabrica Automobili (A.L.F.A.).
En sus inicios, Alfa produjo una serie de modelos que lograron en poco tiempo que la marca fuera competitiva en el mercado y sus autos se destacaran por su rendimiento y manejabilidad. No eran tiempos de producción en serie, sino de prototipos destinados a poca y afortunada gente.
El primer auto de Alfa, data de 1911, fue el turismo 24hp de 4.084 cc, diseñado por Giuseppe Merosi, quien resultaría un personaje central en los primeros años de vida de la marca. Este primer modelo tenía motor monobloque de cuatro cilindros en línea con válvulas laterales que alcanzaba los 49 caballos, transmitidos a las ruedas traseras por medio de un cardán. Del modelo original se fabricaron 300 ejemplares hasta 1913, sin embargo, en 1912 Alfa derivó otras versiones de su producto original, los 12 HP y 15 HP Corsa, inclinados ya hacia las competiciones, y su variante más potente, el 15-20 HP.
En 1913 Alfa produjo su primer auténtico deportivo, el 40-60 hp con motor de 6.0 litros y 70 hp del que se construyeron 27 ejemplares. Al año siguiente fabricó el primer auto de Gran Prix ajustado a las normas internacionales. Este auto, conducido por Giuseppe Campari, logró desarrollar más de 91 mph (147 km/h), pero no llegó a participar en competencia alguna porque debió ser guardado en una fábrica de productos farmacéuticos ante el inminente comienzo de la Primera Guerra Mundial.
Comprometida financieramente por el conflicto bélico, en 1915 Alfa cae en una grave situación financiera y es intervenida por la Banca Italiana di Sconto, que ubica como apoderado de la empresa al empresario napolitano Nicola Romeo. La fábrica de Portello, donde trabajaban 2.500 personas, debió seguir disposiciones militares asociadas a la guerra y se amplió entonces para producir municiones, motores para aviones y, a partir de 1917, material ferroviario.
En 1921 se liquida la Banca Italiana di Sconto, pero el ingeniero Romeo, confiando en que el prestigio que había adquirido la empresa y su versatilidad le abrirían las puertas al éxito, decide permanecer con Alfa y fusionarla con su propia empresa, Societá Anonima Nicola Romeo, dando lugar así al nacimiento de Alfa Romeo Spa. Así, en 1920, nace el torpedo 20-30 hp, el primer auto en llevar el logo de Alfa Romeo, que se dio el lujo de terminar en segunda posición en la edición de ese año de la Targa Florio, pilotado por el joven y talentoso, Enzo Ferrari.
El excelente posicionamiento alcanzado por Alfa Romeo planteó la necesidad de una expansión, una de cuyas expresiones fue la incorporación al plantel del diseñador Vittorio Jano, quien llegó de la mano de Enzo Ferrari. Jano, que inicialmente comenzó a trabajar en el desarrollo del P2, el primer auto con motor de ocho cilindros de la marca, contribuyó a impulsar nuevos y brillantes capítulos de la historia de la marca, basados en grandes innovaciones técnicas y victorias deportivas. Con el P2, Alfa Romeo se alzó con victorias en todas las carreras disputadas durante siete años.
En 1927 Alfa Romeo desarrolló el 6C 1500, el primer modelo de producción en serie de la casa; un auto de calle, con motor de seis cilindros en línea, ligero, equilibrado y con excelente sistema de frenos, línea y prestaciones deportivas del que se hicieron 1,075 unidades hasta que en 1929 fue sustituido por el 6C 1750, que ofrecía mayor potencia, seguridad y velocidad. Este modelo se alzó con las ediciones de 1929 y 1930 de la Mille Miglia.
Tras el retiro de Nicola Romeo de la empresa, asumió el control Ugo Ojetti, propietario del diario Corriere della Sera de Milán, quien expandió la comercialización del 6C 1750 en los mercados a través de una extensa presencia directa de la empresa con una red de ventas y servicios en Francia, Inglaterra, España, Bélgica, Suiza, Austria, Hungría y Checoeslovaquia. En 1931 Jano diseñó el 8C 2300, que incluía una versión Monza, una Le Mans y una Spider, y en 1932 el primer verdadero monoplaza de la historia, el Tipo B (P3), un ocho cilindros de 2.654 cc., que en 1935 fue aumentado a 3.822 cc. y que con 330 hp, llegó a desarrollar 206 mph (332 km/h).
Con autos de manejo confortable para la época, motores confiables y pilotos tales como Tazio Nuvolari, el mítico ganador del Gran Premio de Alemania de 1935, Antonio Ascari, Giuseppe Campari, Enzo Ferrari y Achille Varzi, Alfa Romeo se consolidó en la década del ´30 como un protagonista central en las pistas y un sello distintivo en las calles de las grandes urbes europeas. Los motores de avión producidos por Alfa Romeo también estaban entre los mejores del mundo, destacados por la calidad de sus materiales, como el Duralfa, una aleación ligera de aluminio utilizada para fabricar hélices, pistones, culatas de cilindro y otros componentes.
En 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial y los programas productivos de la industria italiana quedaron comprometidos con el conflicto bélico. Poco antes de comenzar la guerra, Ugo Gobbato había decidido suspender temporalmente la producción y dar prioridad a la fabricación de motores aeronáuticos y vehículos militares. Las instalaciones de Alfa Romeo fueron definidas como objetivos estratégicos en la guerra y la fábrica de Portello fue bombardeada en el 1940, en 1943 y sobre todo en 1944 quedando reducida a escombros.
Designado al frente de la empresa, el ingeniero Pasquale Gallo reanuda a mediados de 1945 la producción automotriz, reconstruyendo la fábrica de Portello, y presentando dos versiones del 6C 2500 Sport, que con diseño de preguerra, gran clase y refinamiento, y un aspecto deportivo inconfundible, representaba el último avance de la afortunada serie del 6C. También al terminar la guerra se recuperaron de los escombros, los Alfetta 158 que volvieron a las competencias deportivas y alcanzaron un formidable protagonismo.
En 1950, bajo la inspiración del diseñador Orazio Satta Puliga, nació el 1900, una berlina de cuatro puertas y cinco plazas que fue el primer modelo de Alfa Romeo con carrocería autoportante, promocionado con el eslogan "el coche de la familia que gana carreras”. El 1900 tenía un motor de 4 cilindros en línea de 1.884 cc. con 90 hp y desarrollaba 93 mph (150 km/h). Luego se editaron versiones súper con 1.975cc. de 100 y 115 hp, denominadas 1900 T.I. y 1900 T.I. Súper. De esta berlina de altas prestaciones para uso cotidiano fueron vendidas más de 20,000 unidades, incluyendo las de la versión Panther para la policía italiana o la Matta, un 4x4 de uso militar.
En 1955, Alfa Romeo editó una versión sedán 4 puertas con 53 caballos y el spider, de Pininfarina, considerado como uno de los automóviles con carrocería abierta más bellos de todos los tiempos. El éxito de ventas de las distintas series del Giulietta hasta los años 70, contribuyó a agigantar la imagen de la marca en el mundo como una conjunción de personalidad y deportividad. En febrero de 1961, salió el auto número 1,000,000 de la fábrica de Portello, que ya estaba quedando chica para los números de producción de la época. Así, es inaugurada a fines de ese mismo año, la planta de Arese, de más de 2.5 millones de metros cuadrados, adonde gradualmente se trasladó la producción.
En 1962 en Arese, se produjo uno de los autos más representativos de la época, el Giulia TI 1600, basado en el concepto del Giulietta, pero más grande y potente, que se desarrolló en una amplia gama de berlinas y versiones deportivas, entre ellas la Giulia Spider, que dieron grandes satisfacciones a la marca. También en 1962 se produjo la Berlina 2600, primer Alfa con frenos de disco. Entre 1963 y 1965 el Giulia TZ o TZ1 (Tubolare Zagato), realizado por Autodelta con la colaboración de Zagato, con un motor de cuatro cilindros en línea de 1570 cc. y 112 hp que desarrollaba 133 mph (215 km/h), se impuso en numerosas carreras como las 12 Horas de Sebring, la 48º y 49º Targa Florio, las 621 millas (1,000 kilómetros) de Nürburgring y las 24 Horas de Le Mans.
En 1966 deslumbró el Spider 1600 Duetto, un pequeño y hermoso descapotable de dos plazas, el último diseño en el que participó el mismísimo Battista Farina. El prototipo del Montreal fue presentado en el Salón de Montreal en Canadá en 1967. Pocos años después empezaría a ser fabricado en serie y se convertiría en uno de los modelos más emblemáticos de Alfa, diseñado por Marcello Gandini. Entre 1967 y 1969 el Tipo 33/2 triunfó en numerosas carreras y campeonatos, entre otros éxitos, se anotó los del circuito de Mugello, las 24 Horas de Daytona, las 621 millas (1,000 kilómetros) de Nürburgring y las 310 millas (500 kilómetros) de Imola.
En 1970, en medio de una severa crisis política, económica y social, que afectaría a Italia a lo largo de la década, la producción de la marca alcanzó a las 108,000 unidades. Ese fue el año de la salida al mercado del Montreal, un auto de estirpe con prestaciones de competición pero con características de motor y de piezas mecánicas adecuadas para la vida cotidiana en la ciudad. El primer automóvil salido de la cadena de montaje de la nueva planta de Pomigliano d’Arco fue el Alfa Romeo Alfasud, primer tracción delantera de la marca. El modelo fue presentado en 1971 en el Salón del Automóvil de Turín y era un auto de dos volúmenes, con líneas compactas, bien diferente tanto de la Giulietta como de la Giulia. Su diseño anticipó líneas que serían seguidas por muchos autos de otras marcas en los años siguientes.
En 1972 Alfa presentó también la Berlina Alfetta, producida en Arese, que se convertiría en el símbolo de Alfa Romeo en esta década, por reunir un diseño agradable y agresivo, una mecánica sofisticada y un motor brillante, con doble árbol de levas, 1.8 litros de cilindrada y una potencia de 122 hp, que le permitía alcanzar 180 km/h. En 1974 la firma lanzó el coupé Alfetta GTV; luego, a lo largo del decenio fue dando origen al nuevo Giulietta (1977) y al Alfa 6 (1978), equipado con un inédito propulsor de seis cilindros en V de 2.500 cc. y al Alfasud 200 TD, el primer automóvil italiano con motor turbodiesel.
Alfa Romeo también logró mantener sus niveles históricos en la competición, con pilotos de renombre mundial, como Peterson, Andretti, Ickx, Laffite, Mass, Bell, Brambilla, y otros. En 1970 De Adamich y Courage se impusieron en Buenos Aires. El 33 T3 realizó las primeras pruebas en la Targa Florio de 1971, con una carrocería modificada, montando el motor antiguo, pero ahora con una potencia de 440 hp. Tras otro perfeccionamiento técnico y la adopción de un nuevo doce cilindros boxer, nació el 33 T12, cuya versión de 1975 con 500 hp a 11,500 rpm, ganó siete de las ocho carreras y conquistó así el Campeonato Mundial de marcas.
A través de Autodelta, Alfa Romeo tuvo participación nuevamente en la Fórmula 1 a lo largo de la década de 1970. Inicialmente preparó motores V8 de 3.000 cc. para el piloto Andrea de Adamich, esos motores fueron equipados en la escudería McLaren y al año siguiente en March. En 1976 Autodelta, dirigida por Carlo Chiti, se unió con Brabham, aportando un poderoso motor de 12 cilindros para los Brabham BT45 que ese año corrieron el argentino Carlos Reutemann y el brasileño Carlos Pace, y luego para el BT45B. En 1978 el equipo Brabham-Alfa Romeo incorporó al campeón mundial Niki Lauda que se impuso en Suecia e Italia y logró la tercera posición en el mundial de pilotos, mientras que la escudería fue segunda en la Copa Mundial de Constructores. En los años siguientes la marca presentó los Alfa Romeo 177 y 179 con los que corrieron los pilotos italianos Bruno Giacomelli, Vittorio Brambilla y Andrea de Cesaris.
Entre los años 1974 y 1980, como resultado de su actividad como accionista mayoritario de la brasileña FNM (Fábrica Nacional de Motores), Alfa Romeo produce en la planta de Brasil camiones y los turismos 2300 y el 2300B. Ya en la década de 1980, se produce una transición crucial para Alfa Romeo, que es el traspaso. En 1986, del paquete accionario de su actividad automotriz del estatal Instituto de Reconstrucción Industrial (IRI) pasa a manos del grupo FIAT, y a partir de allí, la historia es otra.