Aunque hoy en día la tecnología en las llantas ayuda a que no se desinflen en segundos al tener un pinchazo, sí es posible que de vez en cuando nos toque cambiar un neumático (especialmente cuando no se revisa la presión de aire semanalmente).
Por más que el procedimiento requiera algo de esfuerzo, lo más importante es tener el conocimiento, contar con las herramientas adecuadas y, sobre todo, asumir la actitud para lograrlo sin ayuda.
Para lograrlo, sin sucumbir en el intento, te damos las siguientes recomendaciones:
Antes de salir del viaje
Lo primero que debe tener en cuenta es el desgaste de sus llantas. Revise periódicamente las bandas de rodamiento, es decir, la zona que tiene contacto con el suelo, porque entre más lisas estén, existe una mayor posibilidad de pincharse, incluso con objetos romos.
-Verifique que la llanta de repuesto tenga la presión de aire adecuada.
-Visite periódicamente su estación de servicio para calibrar sus llantas, incluida la de repuesto.
Haga el ejercicio de sacar y probar en su garaje las herramientas que se necesitan para un cambio de llanta. Estas son:
-Un gato y su correspondiente palanca.
-Una llave o cruceta que coincida con la medida de las tuercas o pernos de sus llantas.
-Tacos para bloquear el vehículo durante la maniobra.
-Un juego de guantes para mantener sus manos limpias.
Si tiene una llanta pinchada
a. Antes de comenzar el cambio de llanta, parquee el vehículo a la orilla del camino de forma que no afecte el tráfico normal de la vía.
b. Active el freno de mano para que el vehículo no ruede.
c. Instale los tacos para bloquear el auto. Si dispone de un único taco, bloquee la llanta diagonal a la que está cambiando, es decir que si cambia la derecha delantera, los tacos deben ir en la izquierda trasera. Si cuenta con dos tacos bloquee las llantas en la parte trasera o delantera (siempre en forma opuesta a la llanta pinchada).
d. Afloje las tuercas de la llanta pinchada. Si están muy duras, usted puede incluso pararse sobre la cruceta para potenciar la fuerza y hacerlas girar. No las quite antes de levantar el vehículo.
e. Saque el repuesto del baúl. Si éste es muy pesado, use una cuerda o una correa para halarlo o moverlo.
f. Instale el gato ubicándolo cerca a la llanta pinchada y asegurándose que esté bien ubicado debajo del lateral de tal forma que el vehículo no vaya a zafar o resbalar del mismo; y ahora sí levante el vehículo hasta una altura que le permita retirar la llanta fácilmente.
g. Retire las tuercas de la llanta pinchada y colóquelas juntas en un lugar seguro.
h. Retire la llanta pinchada
i. Ponga la llanta de repuesto e instale nuevamente las tuercas.
j. Baje el vehículo suavemente accionando el gato hidráulico y vuelva a apretar las tuercas o pernos, esta vez con mayor fuerza para asegurar que queden bien fijas.
Luego de montar la llanta de repuesto
a. Suba la llanta pinchada y todo lo demás al baúl sin necesidad de organizarlo, después puede hacerlo con más tiempo y ayuda.
b. Asegúrese de guardar todo, incluido gato y tacos.
Por último, y luego de superar el pinchazo, es recomendable buscar la estación de servicio o “montallantas” más cercano para reparar la llanta y volverla a montar. Recuerde que la llanta de repuesto no es la solución definitiva sino una ayuda mientras logra repararla.
Pida en la estación que pongan el repuesto en su sitio y salga confiada porque usted ya tiene el conocimiento para superar una pinchada sin ayuda, e incluso puede usar su experiencia para ayudarle a otros.