Una de las grandes novedades que trae consigo la segunda generación del Porsche Panamera es que la planta de Leipzig, Alemania, se encargará de producir en su totalidad cada una de las unidades del sedán.
Y es que desde su debut en 2009, las carrocerías del Panamera han sido fabricadas y pintadas en la fábrica de Volkswagen en Hanover, para luego ser enviadas a las instalaciones de Porsche en Leipzig para su ensamble.
Ahora con la llegada de la nueva generación del sedán de la firma alemana, la planta Leipzig está preparada para realizar todo el proceso productivo, que incluye la elaboración y pintado de las carrocerías.
Para lograr lo anterior, Porsche invirtió 500 millones de euros ($557 millones de dólares) que permitió la construcción de una nave de carrocerías con una área de 56,000 metros.
