No obstante que la conducción autónoma augura la disminución de accidentes, su desarrollo no es bien recibido para todos los automovilistas, especialmente para quienes viven del volante, es decir los choferes de camiones y taxis quienes en un futuro serán desplegados por esta tecnología.
Tan sólo Uber planea en reemplazar más de un millón de conductores por medio de vehículos autónomos. Otras compañías que están trabajando a marchas forzadas para perfeccionar esta tecnología es Google, Tesla, Honda, Daimler, Audi y Ford. Este último se ha puesto como meta comercializar este tipo de automóviles para 2021.
Claro que al prescindir de los seres humanos para conducir un automóvil, un significativo número de personas se quedarán sin trabajo al ya no ser necesarios sus servicios.
Únicamente en Estados Unidos existen 3.5 millones de conductores de camiones, más de 200,000 taxistas, y cerca de 200,000 choferes Uber. Esto significa que en un futuro próximo más de cuatro millones de personar se podrían ver afectados sus ingresos por la conducción autónoma.
Veremos en unos años el impacto que generará esta tecnología en las personas que viven de la conducción de camiones y automóviles.