¿Pony car? ¿Muscle car? ¿Ambos? La etimología de los autos puede ser confusa y más cuando estamos hablando de superdeportivos. En general, terminamos diciéndole muscle car a cualquier bestia estilo estadounidense que equipe un V8, pero en realidad, muchas veces sería más certero llamarlo pony car. Este concepto nos retrotrae al auto que comenzó con toda esta discordia, el Ford Mustang original.
Justamente del símbolo del Mustang, un potro, viene la idea de “pony”. Un auto relativamente compacto, poderoso y orientado a la juventud, que tuvo tanto éxito que inauguró su propio segmento, el de los pony cars. Las otras marcas no iban a quedarse con los brazos cruzados, así que salieron nuevos pony cars, como el Plymouth Barracuda o el máximo rival histórico del Mustang: el Chevrolet Camaro.
Los muscle car, propiamente dichos, son mucho más grandes tanto en el exterior como en prestaciones. Los ejemplos más claros con el Chevrolet Impala o el Dodge Challenger. En un muscle car la preocupación está en equipar con un motor poderoso a un cuerpo estilo cupé. Nada de sofisticación y mucho ruido de motor.
Con los años la línea divisoria fue desenfocándose y hoy en día muchos de los muscle cars fueron desapareciendo y los pony cars fueron ganando tamaño y poder. Ya un Mustang o un Camaro no están tan orientados a los jóvenes y si siguen siendo llamados pony es más por su pasado que por su presente.
Algunos dirán que hoy el único muscle es el Challenger, otros no encontrarán la diferencia entre los dos segmentos. Mientras revisas las fotos que dejamos abajo contanos…¿vos en cuál de los dos grupos estás?