Aunque en la actualidad lo que se busca es desarrollar motores pequeños con una alta dosis de eficiencia, pero al mismo tiempo la mayor cantidad de caballos de fuerza, hace 100 años estos principios no existían al momento de crear un motor. Es así que desde la invención del automóvil hasta la década de 1970, los vehículos portaban motores grandes que como único objetivo estaba fabricar el máximo posible de poder si tener en cuenta la cilindrada y el consumo de combustible.
Sin duda el más claro ejemplo, es el Model 66 1913 de Pierce Arrow Motor Company que al día de hoy tiene el título del automóvil de producción en serie con la mayor cilindrada. Si bien, en la actualidad existen vehículos con motores de 10, 12 e inclusive 16 cilindros como es el caso de Bugatti Chiron, el Model 66 tenía un bloque de seis cilindros de 13.5 litros (825 pulgadas cúbicas). Haciendo ecuaciones, podemos ver que cada cilindro tiene un volumen superior a 2.2 litros, o bien el desplazamiento total podría dar cabida a 11 motores de 1.2 litros del Volkswagen Group.
Claro que para los estándares de hoy en día, dicho motor únicamente era capaz producir 140 hp a 1,800 rpm. Pero si nos remontamos 100 años atrás este vehículo con una masa de 4,001 libras (1,815 kilogramos) era todo un bólido al alcanzar una velocidad máxima de 80 mph (130 km/h)
Otro dato relevante, cuando se hace la analogía con los vehículos modernos, es que el consumo de gasolina de este Model 66 consumía nada más ni nada menos que 9 mpg (4 km/l), de ahí es que contiene un deposito de combustible de 140 litros.
Por todo lo anterior, en su tiempo este Pierce Arrow con una producción de 1,250 unidades -al día de hoy sobreviven 14- de 1910 a 1918 fue uno de los autos de producción más caro del mundo, al estar tasado en $ 7,200 dólares.