En este caso hablaremos de la RSV4, el máximo exponente de la marca y la cual deriva de la campeona de 2010, 2012 y 2014 en World Superbike; su hermana menor, la Tuono V4 merece su propia prueba completa que podrás leer la siguiente semana.
Viajamos hasta el Circuit of the Americas (COTA) en Austin, Texas para conocer a fondo y explorar sus capacidades como se debe, en una pista en la que corren las máximas categorías de dos y cuatro ruedas, MotoGP y Fórmula 1.
Los cambios técnicos
Debajo de la escasa carrocería y entre el cuadro de aluminio especialmente preparado para la pista encontramos el que ya es un clásico de la marca, el motor cuatro cilindros en V colocado a 65º de 999.6cc el cual mantiene la misma potencia y torque que en el modelo anterior -201 hp y 84.8 Lb-pie- pero que ha sufrido muchos cambios internos como los pistones, resortes de válvulas y apoyos del cigüeñal que son más ligeros y las camisas que cuentan con un revestimiento de menor fricción. ¿Entonces en dónde está la ventaja si no es más potente? Primero que nada está la ganancia de 300rpm más de velocidad de giro respecto al modelo 2016 para quedar en 13,000 y definitivamente en la entrega de potencia de la misma que es más lineal en todo el rango de revoluciones.
Otras diferencias las encontramos por ejemplo en el sistema de escape, el cual ahora cumple con los requerimientos de la norma Euro 4 pero que no deja de asombrar con ese característico sonido de motor en V metálico, grave y sin duda muy agradable, el cual además retumbaba en las gradas del COTA cuando pasaban las motos en la recta de meta.
Al ser un producto de la marca italiana Aprilia, las mejoras en la electrónica no se quedaron atrás, así que encontramos la cuarta generación del sistema Aprilia aPRC (Aprilia’s Performance Riding Control) que engloba todas las asistencias electrónicas como el control de tracción, el Wheelie Control y el ABS -que ahora cuenta con la función de curveo. Gracias a este nuevo sistema y al acelerador electrónico (cuyo sensor está colocado directamente en el puño), encontramos tres modos de manejo que modifican la entrega de poder: Sport, Track y Race que se suman a los distintos pasos de cada una de las asistencias: tres para el ABS, tres para el Wheelie Control e impresionantes ocho niveles para el control de tracción, todos modificables “on the fly” o sea que no necesitas detenerte para cambiar entre ellos sino ya sea mediante los interruptores de + y - en el manillar del lado izquierdo o -si se tiene conectividad Bluetooth con el casco, mediante comandos de voz (sí como verdadera brujería).
Un detalle que podría pasar desapercibido pues cada vez es más común en las motos deportivas o hasta de turismo, es el del asistente de cambios sin clutch tanto para subir como para bajar de marcha, sin duda algo muy práctico para la pista.
Los frenos también mejoraron, al ahora utilizar discos de 330mm adelante -contra 320mm del anterior- con los que probablemente sean los mejores calipers del mercado, los Brembo M50 de cuatro pistones.
Finalmente, toda esta personalización del manejo se ve complementada por la capacidad de modificar las suspensiones (altura y precarga adelante y atrás) pero también realizar reglajes estilo MotoGP en el cuadro e inclusive la altura a la que se encuentra el motor.
Lo más impresionante sin duda es que todo esta tecnología y mejoras para el año 2017 llegan a las dos versiones de la RSV4, la RSV4 RR y RSV4 RF. La diferencia entre estas dos la encontramos en los detalles pues la RF mejora la suspensión Sachs por una Ohlins, los rines de aleación ligera y los gráficos que no encontramos en la versión RR.
Sobre la moto
Antes de entrar al tema de la posición de manejo, quiero hablar de otra de las mejoras importantes que encontramos para esta Aprilia RSV4 2017 y es el del panel de instrumentos. Ahora, en lugar de mostrar una parte análoga y otra digital, se utiliza una pantalla a color que es muy fácil de leer incluso con la luz pegándole directamente. Por supuesto que al tener esta nueva pantalla significa que la información que se muestra es completamente personalizable. Dependiendo del modo de conducción que hayamos seleccionado, se le dará prioridad ya sea al tiempo de vuelta (modo Race), las revoluciones o la velocidad, todo de forma muy orgánica y fácil de entender.
Asimismo esta pantalla a color trae ventajas sobre la selección del nivel de asistencia y para esto también se ha cambiado el dial del lado izquierdo del manillar que ahora fue sustituido por un pequeño Joystick que queda justo a la mano para modificar lo que gustemos sobre la marcha.
Ahora sí, la posición de manejo nos pareció muy cómoda -en el entendido que se trata de una superbike que está más cerca de ser un cohete que de un medio de transporte económico como algunas primas motocicletas. El asiento permite moverte fácilmente de lado a lado y definitivamente donde más se siente cómoda es en la pista. Aquí es donde comprendes el porqué de los clip-ons en lugar del manillar, los posapies echados completamente hacia atrás y el pequeño parabrisas que cubre bastante bien del viento.
Manejo
Debo de confesar que la tarea de conducir una superbike como la RSV4 en una pista de esta categoría me puso bastante nervioso desde el momento en el que supe que tendría este verdadero privilegio. ¿Cómo demonios iba a poder domar una bestia con una relación peso-potencia de casi 1kg/1Hp con mi escasa o prácticamente nula experiencia en pista? ¿Qué tal que la compleja pista hace de las suyas conmigo y termino en el piso… con todo mi equipo destruido… una moto destrozada… y por supuesto habiendo hecho el ridículo enfrente de periodistas de todo el mundo?
La verdad no quise tomar riesgos innecesarios así que las primeras vueltas exageré la cautela para familiarizarme con el trazo como con la increíble potencia de la moto.
Me gustaría decir que continué así todo el día (¡Ah porque sí estuvimos todo el día hasta que nos cansamos! ¿Envidia? Probablemente puedas sentir un poco pero no te sientas culpable, yo aún no me la creo.) pero la realidad es que fue tan fácil familiarizarme con la Aprilia RSV4 que unas vueltas más tarde me encontré tratando de mejorar los trazos, llevando los puntos de frenado lo más tardíos posible e inclinando la moto a ángulos que días antes había prometido no explorar.
Y es que esto e lo que sucede con las nuevas generaciones de motos súper deportivas, a pesar de contar con absurdas cifras de potencia, aceleraciones, torque y velocidad final, gracias en gran parte a toda la carga electrónica y nuevas tecnologías de materiales son relativamente fáciles de conducir y la RSV4 no es la excepción, de hecho creo yo que es una de las mejores opciones a las que puedes voltear en el segmento.
El día siguió su curso y tras un par de sesiones más me sentía como en casa, así que decidí explorar más allá los límites, bajando al mínimo las asistencias -no, aún no estoy para quitarlas por completo- y exigirle un poco más. La moto entregó perfectamente, de hecho pedía más y más en cada vuelta.
Tan solo en la recta del fondo -la más larga con 1.2 Km- poco a poco tomé más confianza, acelerando de golpe al salir de la curva 11, que gracias al Wheelie Control que en nivel 1 permite que la llanta delantera “flote” con gran precisión del acelerador y sin mucho esfuerzo, acomodando el cuerpo todo para atrás y encorvando la espalda para ofrecer menor resistencia al viento, cambios y más cambios de velocidad con el acelerador a fondo y tratando de aguantar lo más posible antes de frenar para una de las curvas más lentas del circuito, el velocímetro marcó 150 millas por hora pero la moto sentí que daba más. La siguiente vuelta 155… esto todavía se puede aprovechar más. Un trago fuerte de saliva y en otra oportunidad llevé la frenada al último punto en el que mi cerebro me permitió, el velocímetro marcó 170 mph y yo me aferré al freno con todas mis fuerzas. Para mi sorpresa, pude haber seguido todavía más con un poco de coraje pero para mí fue suficiente...además no había hecho la matemática aún de traducirlo en Km/h. Al bajar ese hit me senté a tomar agua (el calor estaba a todo lo que daba) y a hacer el cálculo en mi teléfono: ¡273.5 Km/h! ¡No, no puede ser! Seguro algo hice mal con mi matemática… 273 Km/h efectivamente. Para mi sorpresa, el récord de ese día ascendió a 182 mph, algo así como 293 Km/h… en una moto que puedes comprar ¡para la calle!
Sin lugar a dudas lo que más me sorprendió no es lo que puede hacer esta impresionante máquina sino la facilidad y comodidad con la que lo logra.
Conclusión
En palabras de Romano Albesiano -la cabeza del equipo Aprilia Racing en MotoGP y encargado del desarrollo técnico de esta nueva RSV4 “la moto luce más o menos igual que la del año pasado pero la cantidad de trabajo invertido en hacerla mejor ha sido impresionante”. Lo mejor de todo es que estos cambios aplican para ambas versiones, la RR y RF (en nuestro país solamente se ofrece la RF o Race Factory). La verdad es que después de manejar ambas versiones en lo personal sí prefiero la tope de gama RF pues se nota mucho más fácil de mover entre curvas gracias al menor peso de los rines y el trabajo de la suspensión Öhlins es impecable.
Hoy en día las motos súper deportivas se han convertido en máquinas fáciles de conducir y la Aprilia RSV4 no es la excepción pero lo que más nos agradó es que logra hacerlo sin perder la sensación y emoción de hacerlo tú mismo. ¿A qué me refiero? A que si bien la electrónica está siempre ayudándote, lo hace de tal forma que complementa tu manejo y no te elimina de la ecuación.
La nueva RSV4 es sin duda una de las mejores motos que he tenido oportunidad de conducir y el haber podido hacerlo en el Circuit of the Americas sin lugar a dudas la convierte en una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. La cantidad de tecnología vertida en este producto, el desempeño y el impresionante sonido la hacen una de las mejores del segmento. En definitiva, es lo más divertido que se puede hacer con ropa.
Los productos de Aprilia -y todos los de las marcas Piaggio, Vespa y Moto Guzzi- pertenecientes a Grupo Piaggio se distribuyen únicamente en los distribuidores Motoplex en México, estas tiendas concepto que también pertenecen al conglomerado italiano.