De la misma manera que lo hace la policía, el uso de cámaras de video a bordo en nuestro automóvil es de gran utilidad para grabar todo lo que acontece a nuestro alrededor.
Por ejemplo, en caso de un accidente o inconveniente, como un asalto, que pueda ocurrir en camino a nuestro destino, una cámara a bordo puede aportar evidencias a las autoridades para deslindar responsabilidades o bien dar con el paradero de los involucrados. Pero bueno, además de ser un excelente aliado cuando no tenemos la culpa en un accidente, también podría servir como prueba en contra ante la policía.
¿Són iguales a una cámara normal?
Básicamente, una cámara de tablero es una cámara digital que se adhiere, en la mayoría de las veces por medio de una compresa, al tablero o interior del parabrisas del vehículo. Asimismo, están disponibles en múltiples formatos (para grabar la ventana frontal o trasera) y, dependiendo del modelo, graban automáticamente cuando encendemos el motor del auto.
Generalmente, este tipo de cámaras graban alrededor de cinco horas o más de video HD y conforme el almacenamiento llega a su capacidad máxima, la cámara comienza a borrar los archivos más antiguos y continúa grabando nuevos archivos.
Otra característica de estas cámaras, es que ofrecen vistas más amplias, ya que usan lentes de ojo de pez que permiten observar un panorama más completo de lo que ocurre al frente o detrás del vehículo. Igualmente pueden conectarse al enchufe de 12 voltios del vehículo para operar con el sistema eléctrico del vehículo. En casos más sofisticados las cámaras ofrecen etiquetado geográfico, monitoreo de velocidad y reconocimiento de tiempo y fecha.
¿Son legales?
Hay que tener en cuenta que las cámaras a bordo pueden ser legales siempre y cuando no interfieran con la visión o bloqueen más que un cuadrado de 7 pulgadas en el lado del pasajero o un cuadrado de 5 pulgadas en el lado del conductor del auto.
Por su parte, hay diferentes estados que tienen leyes diferentes para estos dispositivos, y generalmente tratan con el problema de grabar audio sin permiso. En 38 estados, capturar audio luego de conseguir el consentimiento de una de las personas en la conversación es legal. Por ejemplo, en caso de ser detenido un oficial de policía, grabar la conversación puede ser aceptable porque el automovilista es una de las dos partes y por ende ha dado tu consentimiento.
En los otros 12 estados, ambas partes deben dar su consentimiento para que el audio grabado pueda ser considerado como legal, pero puede que las reglas sean diferentes en relación a las conversaciones con oficiales de policía en servicio, ya que algunos estados han establecido que no tienen expectativas de privacidad.