No hay duda alguna de que el BMW M5 es uno de los deportivos más completos y polifacéticos que hay en el mercado. Y es que en un solo vehículo podemos encontrar la comodidad de un sedán y al mismo tiempo el alto desempeño de un súper auto.
Desde su debut en 1984 en el Auto Show de Ámsterdam, este cuatro puertas desarrollado por BMW M GmbH se ha distinguido como uno de los máximos representantes de los sedanes de las “grandes ligas”. A pesar que generación tras generación el Eme-cinco ha evolucionado en poder, aerodinámica y tecnología, cada una de ellas llevan el espíritu de un automóvil pura sangre capaz de desenvolverse de forma sobresaliente en los circuitos y a la vez ofrecer la confort para su uso día a día.
Aprovechando la reciente aparición de la sexta generación del BMW M5 daremos un repesado por sus 33 años de historia:
BMW M5 -E28S- 1984
Siguiendo los pasos del M3, en 1984, BMW Motorsport GmbH decidió comercializar un Serie 5 con el sello M. En esta primera generación, este súper sedán era accionado por un seis cilindros en línea de 3.5 litros, que al llegar a su máximo potencial ofrecía 286 hp. Una vez que el acelerador era accionado a fondo desde le reposo este primer M5 podía hacer el 0 a 62 mph (100 km/h) en 6.5 segundos y alcanzaba una velocidad máxima de 152 mph (245 km/h). Gracias a este performance, el E28S se convirtió en el sedán de producción en serie más rápida de esa época.
BMW M5 -E34S/E34/5S- 1988
Con la llegada de la segunda generación, el M5 -E34S- vio un aumento en la cilindrada del seis cilindros al pasar de 3.5 a 3.6 litros. Esta modificación permitió al sedán alcanzar 315 hp, poder suficiente para llevar el velocímetro a una máxima de 155 mph (250 km/h).Tras una actualización, en 1992, el E34/5S vio un aumento del motor para llegar a 3.8 litros y la potencia hasta 340 hp.
BMW M5 -E39S- 1998
Aunque el M5 E39S compartía todas las características de estilo de sus predecesores, debajo del capó la tercera generación equipaba un motor V8 de 5.0 litros productor de 400 hp y 368 libras-pie de torque a las ruedas traseras a través de una caja de cambios manual de seis velocidades. Aquí, la velocidad máxima era de 155 mph (250 km/h), en tanto que la capacidad de aceleración de 0 a 62 mph (100 km/h) era de 5.3 segundos.
BMW M5 -E60/E61- 2005
Para el cuarto capítulo, el M5 -E60- recibió motor V10 de .0 litros, que alcanzaba una potencia máxima de 507 hp a 7,750 rpm. Este motor llevaba al sedán a 62 mph (100 km/h) desde cero en solo 4.7 segundos. Por primera vez, los conductores del BMW M5 podrían desactivar el limitador de velocidad añadiéndole el paquete M Driver, lo que permitía lograr una máxima de 190 mph (305 km/h). Otro elemento mecánico a destacar fue la caja de cambios automática secuencial M (SMG) con siete velocidades y el sistema Launch Control para lograr la máxima aceleración desde el reposo.
BMW M5 -F10M- 2011
Como suplente del V10, esta generación montaba un V8 twin-turbo de 4.4 litros capacitado para ofrecer 560 hp, esto es casi el doble del primer M5. Esta cantidad de caballos de fuerza junto con el torque de 501 libras-pie de torque y la caja de doble embrague M de siete velocidades hacía que el velocímetro llegará a 62 mph (100 km/h) en 4.3 segundos y merecer un máximo de 195 mph (315 km/h). Para ir más allá, en 2013 el Competition Package adjudicaba al M5 un poder de 575 hp y en 2014 la edición especial “30 Jahre M5” (30 años de M5), limitada a 300 unidades, formaba 600 hp.
BMW M5 -F902- 2017
Esta generación no soló destaca por los 600 hp y 553 libras-pie de torque originados de V8 TwinPower Turbo de 4.4 litros, sino también por el sistema de tracción total desconectable. Todo esto en conjunto hacen que el sexto capítulo del M5 despegue a 62 mph (100 km/h) en sólo 3.4 segundos y alcanzar una velocidad punta limitada de 155 mph (250 km/h) -189 mph (305 km/h) con M Driver’s Package-.