Contrario a lo que sucedió con la venta de vehículos nuevos en Estados Unidos durante 2017, la comercialización de autos usados alcanzó un máximo histórico en ese mismo periodo.
De acuerdo con un informe de Edmunds, durante 2017 la venta de automóviles usados llegó a 39.2 millones de unidades, esto refleja un aumento del 1.6 por ciento en comparación con 2016 y un crecimiento del 4.3 por ciento desde 2012.
Acorde a los analistas de Edmunds, este aumento se debe en parte a la mayor demanda de reemplazo de vehículos ocasionado por los huracanes Harvey e Irma. Esta gran cantidad de vehículos de segunda mano también contribuyó a una desaceleración en el crecimiento de los precios de esta clase de automóviles. Efectivamente, los precios de los vehículos usados subieron un 1,4 por ciento en 2017, en comparación con el aumento promedio del 3.6 por ciento entre 2012 y 2016.
A medida que los fabricantes de automóviles buscan formas de proteger los valores residuales pero mantienen altos los volúmenes de venta en un mercado cada vez más reducido, se pronostican varias dinámicas convergentes en el segmento de la flota. Dado que los pick ups y SUVs con un número razonable de opciones tienden a mantener su valor, los clientes de sednaes pueden estar gratamente sorprendidos al encontrar lotes abastecidos con vehículos más grandes equipados con precios inesperados.
Asimismo, los consumidores también pueden notar que los vehículos de Ford, GM y FCA que están acostumbrados a ver han sido reemplazados por Hyundais y Nissans, lo que refleja las estrategias de los fabricantes de automóviles. Hace cinco años, Ford, GM y FCA representaban casi dos tercios de todos los vehículos usados, en comparación con el 53 por ciento en 2017. Nissan y Hyundai han superado cifras de años anteriores, con el 32 por ciento de los autos usados en 2017, en comparación con el 16 por ciento en 2012.