Dinamarca no sólo es reconocida mundialmente por sus latas de galletitas, también es hogar de una de las empresas lúdicas más reconocidas de la historia, LEGO. La estimulación de la creatividad infantil mediante bloques enchufables se fue complejizando a través del tiempo, al punto que muchas personas crecieron y pasaron su pasión de generación en generación. LEGO está al tanto que varios clientes ya no son niños, y que algunos hasta tienen títulos de ingeniería, por eso creó la línea Technic.
Ahora no estamos hablando de simplemente encastrar bloques, sino de una compleja red de mecanismos adaptables, al punto de poder crearse objetos funcionales. Basta con darse una vuelta por la web para descubrir un sinfín de posibilidades. Pero esto que te voy a mostrar hoy ya trasciende todos los límites.
Lo que estás viendo es nada menos que un Bugatti Chiron en escala 1:1 (o sea, a tamaño real) creado con mas de un millón de piezas y exactamente 13.438 horas hombre (si lo hicieras en soledad tardarías mas de un año y medio en armarlo, sin dormir, sin parar para ir al baño, sin alimentarte, nada). Lo mas increíble de este modelo no sólo es su tamaño, sino que... ¡se puede conducir!
¿Cómo se mueve?
No creas que esta construcción de plástico soporta la potencia del W16 con 1.500 hp que tiene el Chiron, en este caso estás ante un vehículo eléctrico con una ¿impresionante? potencia de 5 hp y 68 Lb-pie gracias a los 2.304 motorcitos Technic ensamblados entre sí mediante un ingenioso sistema de transmisión.
Como te imaginarás, con esta ficha técnica el Chiron de LEGO no puede ser muy veloz, precisamente su velocidad máxima apenas alcanza los 20 Km/h. El dato curioso es que esta creación pesa 1.500 Kg., (unos 500 Kg menos que el Chiron original) y el dato triste es que ni siendo de juguete probablemente puedas comprarlo, ya que su costo ascendería a más de USD 100,000 (casi 2 millones de pesos) si solamente consideramos que cada pieza generalmente cuesta unos 10 centavos de dólar.
En el video puedes verlo moviéndose con el piloto oficial de pruebas de Bugatti Andy Wallace al volante, pero presta atención a las piezas móviles como el alerón, los frenos de plástico, el velocímetro completamente funcional o el sistema de luces, ya que realmente funcionan. Lo único que no es de plástico son las ruedas y la insignia de Bugatti al frente. Una verdadera joya ¿no crees?