Parece que nadie sabe lo que tiene hasta que lo vende. Y la historia de este legendario prototipo de Mustang está llena de increíbles y asombrosos detalles. Una historia que se podría remontar más de 50 años al pasado cuando todo el mundo creyó que se había destruido el único e impresionante Ford Mustang Shelby GT500 EXP, alias “Little Red”.
En 1967 el “pequeño rojo” era un auto experimental que Ford le prestó al famoso piloto y diseñador estadounidense, Carroll Hall Shelby; para que lo use como “hámster en su laboratorio”. Sólo éste Mustang y un Green Hornet (llamado extraoficialmente de esta manera) fueron los ejemplares con las que Shelby y su equipo se habrán divertido probando distintas formas de equiparlo y motorizaciones.
En el caso del Little Red se configuró principalmente con un V8 de 428 caballos y una transmisión automática de 3 cambios.
Dos caminos
Una vez que el auto aventejó, Shelby lo mandó de vuelta a Ford para que lo destruyeran. Curiosamente ambos Mustang habían gustado mucho, pero solo el “avispón verde” fue subastado entre los mismos empleados de Ford, cuatro años más tarde. El Shelby GT500 EXP por su parte desapareció sin dejar rastros.
El Green Hornet fue revendido hasta que terminó (hace más o menos 15 años) en el inmenso garaje del director de la casa de subastas Berret-Jackson, el estadounidense Craig Jackson. Desde ese momento el pequeño rojo se convirtió en la “fiebre de oro” de Jackson.
Búsqueda implacable
Craig estuvo mucho tiempo buscando al hermano del avispón verde y toda persona que se cruzaba le afirmaba que había sido aplastado. A pesar de eso nunca dejó de buscarlo. Y fue un buen día que, junto al especialista de autos clásicos Jason Billups, tuvieron en sus manos una hoja del inventario de Ford y descubrieron que estaba radicado en Texas. Lo demás fue pura inercia.
Después de rastrear todas las manos por las que pasó el Ford Mustang Shelby GT500 EXP, dieron con un particular que lo había dejado convertirse en una maceta ya que lo le habían robado muchas piezas mientras lo tenía guardado. Así, cuando llegó Jackson y equipo para autenticar el posible acierto, encontraron un auto prácticamente destartalado: motor y transmisión estaban totalmente deteriorados, mientras que faltaban cofre, salpicaderas delanteras y el techo desplegable. Pero lo importante es que lo había encontrado, lo demás es ponerle manos a la obra.
La buena fortuna
Jackson no fue el único que encontró algo que le cambió la vida, el antiguo dueño también supo encontrar una fortuna de lo que creía que era pura basura. En resumen, le pagaron cerca de 1.5 millones de dólares por su “chatarra”.
No te pierdas de ver la galería de imágenes que muestra como encontraron al Ford Mustang Shelby EXP-500 en el baldío. Pero te tengo que advertir que si sufres del corazón te abstengas de verlas, ya que son imágenes que pueden dañar tu sensibilidad.