Porsche, es una marca enigmática, mayormente conocida por crear algunos de los mejores deportivos del mundo, siendo el 911 su modelo icónico. No obstante, va mucho más allá y en las últimas décadas también se ha apoderado del mundo de las SUV, gracias a productos tan interesantes como Cayenne y Macan.
Sin embargo, contrario a los lemas publicitarios, estos modelos están lejos de ser los primeros todoterrenos de la marca, ya que hace ya varias décadas, la firma asentada en Stuttgart, Alemania, ya contó con el 597 “Jagdwagen” un vehículo capaz de transitar por cualquier camino, por más difícil que este fuera. Dejando a la más moderna Cayenne S Transsyberia (lo más rudo de Porsche en los últimos años) como una dulce y delicada camioneta familiar a su lado. Pero mejor conozcamos su historia.
Este rudo y pequeño automóvil, cuyo diseño recuerda fuertemente al Volkswagen Safari Tipo 181 (fabricado en la planta de Puebla entre 1970 a 1983) comenzó a diseñarse en respuesta a una licitación por parte del ejército alemán en 1953, que llevó a los desarrolladores de Porsche a comenzar a trabajar en un vehículo todoterreno militar.
El vehículo debía ser rápido, ágil y ligero, pero a la vez ofrecer la mayor capacidad de carga posible; además de ser adecuado para cualquier terreno y carretera, confiable y fácil de reparar. Junto con Auto Union (empresa que surgió en 1932 tras la fusión de Audi, DKW, Horch y Wanderer) y Goliath, una filial de Borgward, Porsche fue uno de los tres fabricantes alemanes que participaron en el proceso de licitación.
Los diseñadores equiparon el modelo “Jagdwagen” 597 con un motor bóxer de cuatro cilindros de 1.6 Litros proveniente del Porsche 356, ubicado en la parte trasera del vehículo. Entregaba unos 50 Hp que con un peso de alrededor de 870 kilogramos y una velocidad máxima de hasta 100 km/h, hacían que el Porsche 597 fuera extremadamente ágil, considerando su uso militar.
Por su parte, el sistema de tracción integral, funcionaba de la siguiente manera. El motor enviaba la potencia al eje trasero a través de una transmisión sincronizada de cuatro velocidades con un engranaje adicional de un todoterreno. Sin embargo, de manera manual el conductor podía hacer que el poder también fuera transferido al eje delantero. Era capaz de superar inclinaciones de hasta 65%, además también podía usarse para cruzar ríos y lagos ya que su carrocería monocasco podía flotar sobre la superficie del agua.
En enero de 1955 los fabricantes presentaron los primeros prototipos al gobierno alemán en el aeródromo de Bonn/Hangelar, en donde demostraron la tremenda capacidad de sus vehículos. El Porsche Jagdwagen generó un gran interés y durante los meses siguientes también se presentó en las bases militares británicas y francesas en Alemania. Una audiencia experta en autos tuvo la oportunidad de ver el desarrollo más reciente del Porsche 597 en el Salón del Automóvil de Ginebra en marzo de 1955.
Durante los siguientes años Porsche trabajó para desarrollar el “Jagdwagen”’ 597 en preparación para la producción en serie: la versión producida desde finales de 1957 presentaba un frente más inclinado y la adición de cuatro puertas de acero. A pesar de las pruebas exitosas, sólo les fue permitido a Goliath y Porsche producir otras 50 unidades para pruebas. Debido a razones financieras y políticas del mercado laboral, el contrato fue adjudicado a Auto Union, en Ingolstadt, lo que provocó que Porsche detuviera el trabajo que estaba haciendo en este proyecto.
En total, Porsche fabricó 71 unidades de Jagdwagen, de los cuales solo 50 de ellos aún existen. Habrá quien piense que este no es el primer todoterreno de la firma, ya que técnicamente, el Kübelwagen (Typo 82) usado en la Segunda Guerra Mundial fue diseñado por Ferdinand Porsche, pero en realidad el 597 es el primer todoterreno presentado por Porsche, ya como marca. Aun así, tampoco podemos decir que no tengan nada que ver, después de todo, la historia de ambas compañías está entrelazada.