Fue en 1990, cuando BMW presentó el M8 Concept, un gran turismo desarrollado en secreto por la división Motorsport y al que se le conocía internamente como “Ferrari Killer”, gracias a que bajo el cofre montaba un V12 de 6.0 litros capaz de producir 550 Hp, el mismo corazón que usó Gordon Murray para dar vida al McLaren F1. Lamentablemente, la firma bávara estimó que era un automóvil demasiado extremo, por lo que desestimó llevarlo a las líneas de producción y mejor recurrió al “plan B” que de todos modos derivó en el magnífico 850 CSi.
Tuvieron que pasar casi tres décadas para que esta idea germinara en la marca bávara que no desperdicia el resurgimiento del Serie 8 para mostrar el majestuoso BMW M8 2020, que además de ser un Gran Turismo de altos de vuelos, literalmente representa la materialización de un largo y anhelado sueño.
Disponible tanto en el formato Coupé como Convertible, el nuevo M8 se distingue de inmediato de un Serie 8 “normal” (¿es eso posible?) por la parrilla y salidas de escape (cuatro salidas de 100 mm de diámetro ) en cromo negro, tono que también se replica en las carcasas, spoiler y difusor en negro. En el caso del Coupé, el techo de doble burbuja está fabricado en polímero reforzado con fibra de carbono, mientras que en el Convertible se recurre a una capota multicapa que se abre y cierra en 15 segundos, hasta una velocidad de 35 mph (50 km/h).
Puertas adentro, resalta el volante forrado en piel con paletas de cambio y botones en rojo, además del cuadro de instrumentos digital de 12.3 pulgadas, pantalla de 10.25 pulgadas, asientos deportivos tapizados en piel (alcántara opcionales), cinturones “M”, así como diversos anagramas y distintivos que nos recuerdan que vamos en un M8.
Pero lo mejor y lo más atractivo está en su mecánica, ya que la división BMW M GmbH recurre al ya conocido V8 de 4.4 litros biturbo, que para la ocasión fue afinado para erogar 600 hp y 553 lb-pie de torque, pero cuando se elige el paquete Competition, la cifra se eleva a los 617 hp.
Para controlar esta potencia se cuenta con una transmisión M Steptronic de ocho velocidades, así como un sistema de tracción total xDrive heredaro del M5, el cual trabaja con el diferencial activo M. Incluye modos de manejo 4WD y 4WD Sport, pero los más puristas siempre podrán recurrir al 2WD que envía toda la potencia a las ruedas traseras.
El BMW M8 Coupe Competition es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 3.2 segundos y un 0 a 200 km/h en 10.6 segundos, mientras que el “normal” registra 3.3 y 10.8 segundos respectivamente. Por su parte, el M8 Convertible Competition registra un 0 a 100 km/h en 3.3 segundos y el 0-200 km/h en 11.1 segundos. La velocidad máxima es de 250 km/h, pero con el paquete M Driver se puede llegar a 305 km/h.
La suspensión M Adaptativa es de serie con amortiguadores ajustables en tres modos (Comfort, Sport y Sport Plus). En cuento a frenos, llevan discos ventilados y perforados de 395 mm delante y 380 mm detrás. Los discos carbocerámicos (400 y 380 mm) son opcionales. Los rines de 20 pulgadas que calzan unos neumáticos 275/35 R20 delante y 285/35 R20 detrás son de serie en el M8 Competition.
Según BMW la puesta a punto se realizó en el mítico Nürburgring Nordschleife (¡dónde más!), así como el en el circuito de pruebas de Miramas, en Francia y en el centro de pruebas invernales de Arjeplog, en Suecia. Esto, sólo puede significar una cosa ¡diversión garantizada! ¿el M8 volverá a ser un “Ferrari Killer?