Si a simple vista pensás que estamos hablando de un colisionador de hadrones, te contamos que Nardo solo tiene tres similitudes con la estructura situada en la frontera suizo-francesa: es inmenso, es circular y sirve para acelerar. La diferencia es que en este caso estamos en Italia y en lugar de partículas subatómicas hablamos de autos.
Considerada una de las pistas de pruebas más rápidas del mundo, el complejo de Nardo (sur de Itália) fue construido en los 70s por FIAT y su trazado de 7.8 millas (12, 6 km) se destaca por el peralte que permite ir a toda velocidad como si se tratara de una recta infinita. Es por ello que muchos récords de velocidad se establecieron ahí, pero también que muchas marcas lo utilizaran para desarrollar sus bólidos.
Ya sea por resistencia, por alta velocidad, o la combinación de ambas, este círculo infernal tuvo su momento de apogeo y luego se fue apagando a medida que las instalaciones se añejaban y el asfalto dejaba de estar lo suficientemente liso como para girar a altas velocidades (recordemos que el Mercedes C111 IV alcanzó 250 mph -403,978 km/h- ahí y que en teoría se podría circular a 310 mph -500 km/h-).
La era Porsche
En 2012 Nardo pasó a manos de Porsche marca que junto al Grupo VW se encargó de remodelar todas las instalaciones que ahora reabren sus puertas. Gracias a una inversión de 35 millones de euros (más de 39 millones de dólares) se restauró no solo el anillo incluyendo reasfaltado, guardarraíles, sino también la zona central donde se incluyen otras pistas de pruebas y un Centro Técnico de 106.000 m2.