Bugatti tiene una obsesión por la velocidad. En su momento el EB110 fue el auto más rápido en su época, después el Veyron hizo lo propio y ahora el Chiron reclama su título. No importa cuántas veces el récord le sea arrebatado por tal o cual rival, porque Bugatti tarde que temprano recupera el trono. Después de todo, desde siempre la marca ha buscado crear los mejores y más costosos automóviles del orbe.
Es así, que tras perder el récord de velocidad establecido por el Koenigsegg Agera RS 284.5 mph (457.94 km/h) en 2017, Bugatti se alió con Dallara y Michelin para poner a punto una unidad específica del Chiron, misma que fue trasladada pista de Ehra-Lessien para recuperar las glorias perdidas y vaya que lo consiguió tras volar a 305 mph (490.84 km/h), que no sólo supone una nueva marca, sino también, con esta cifra se rompe por primera vez la barrera psicológica de las 300 mph.
Entra las mejoras podemos destacar que Chiron es 25 cm más largo que uno “convencional” para mejorar el desempeño aerodinámico, al mismo tiempo que en el frente las tomas de aire son más grandes. Pero lo mejor y más importante es que el W16 de 8.0 litros de cuatro turbos cuenta con la misma puesta a punto vista en el Centodieci.
Esto quiere decir que anuncia 1,600 hp, 100 más que antes, además, sólo cuenta con un asiento de competición y la respectiva (y obligadas) jaula antivuelco. Tampoco hay que perder de vista la decoración en negro y naranja que rememora a aquel Veyron Super Sport edición World Record que alcanzó los 431 kilómetros por hora.
Puede que parezca que esto es un poco tramposo, pero todo parece indicar que este Chiron es el primer ejemplar de una nueva serie que trasladará todas estas mejoras a las unidades de producción, misma que al parecer recuperaría el apellido Super Sport.