Novedades

Los fabricantes de automóviles en Europa rechazan mezclar turbosina con diésel

Algunas empresas petroleras tuvieron la idea de mezclar ambos combustibles para acabar con el inventario.

Los fabricantes de automóviles en Europa rechazan mezclar turbosina con diésel

Sin duda, la crisis de coronavirus Covid-19 está afectando muchas áreas de la industria que son críticas para mantener a la sociedad en movimiento y que aseguran que los bienes y servicios esenciales puedan continuar trasladándose sin interrupción.

Sin embargo, en Europa la reducción de la actividad de transporte, especialmente de automóviles y camionetas con motores de gasolina, ha llevado a un problema con las existencias de gasolina de grado invernal que necesita encontrar una salida.

Ante esta situación, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles entiende que algunos países permitirán la venta de gasolina de grado invernal más allá de la fecha de cambio normal del 1 de mayo, a partir de cuando la gasolina de grado de verano se vende en países con temperaturas más cálidas (para los países con temperaturas de verano menos cálidas, la fecha de cambio es el 1 de junio).

Aunque los fabricantes de automóviles simpatizan con la situación en la que se encuentran los refinadores y los proveedores de combustible, se advierte que el uso de gasolina de grado invernal a medida que aumentan las temperaturas puede llevar a los clientes a ver algunos problemas operativos con sus vehículos.

Al mismo tiempo, esta inmovilidad en los medios de transporte ha provocado que exista una menor demanda de combustible de aviación. Debido a que existe un excedente de turbosina, algunas refinerías han propuesto mezclar combustible de aviación con diesel, para así acabar con las existencias de combustible para aviones debido a la disminución del número de vuelos.

Debido a esta intención, los fabricantes europeos de automóviles han explicado que el combustible para aviones tiene un mayor contenido de azufre que el diésel de carretera, por lo que un mal uso podría afectar al motor de los coches.

Asimismo, el uso de un diésel mezclado con combustible para aviones no estaría cubierto por las garantías del vehículo, por lo que las consecuencias serían pagadas por los proveedores y conductores con posibles arreglos de cientos de euros.