En 1924, el entonces Jefe Ejecutivo de General Motors, Alfred P. Sloan, tuvo una idea que cambió la industria automotriz para siempre. Lo que hizo fue modificar un poco los autos a cada año, haciendo que el dueño del modelo anterior sintiera que ya tenía un coche “viejo” y experimentara el deseo de poner el nuevo en su cochera, aunque fuera solo por ese color “gris espacial” que lucía más moderno que ningún otro.
La idea sembró el consumismo como pocas y muchos otros giros la implementaron, la bola de nieve hasta hoy se mantiene en crecimiento. Pero también generó en algunos la idea de que los coches son diseñados para funcionar solo durante un cierto tiempo, después del cual la resulta tan caro mantenerlo que es mejor comprar uno nuevo. No es exactamente así como funciona la industria, pero algo de esto hay.
Muchos también creen que los autos antiguos eran más durables. Otros incluso piensan que eran más seguros, que el espesor de la lámina era un factor de protección para los ocupantes. Ninguna de esas creencias es cierta, pero la primera tiene algo de verdad.
Antes de que la electrónica fuera parte de los autos, la mecánica era lo único y ésta es más longeva que la electrónica, además tiene espacio para improvisaciones, para que alguien habilidoso construya una que otra parte. Antes de la electrónica era posible tener un auto para toda la vida, obviamente con el cuidado necesario para esto. Sin embargo era necesario más mantenimiento, como poner agua a la batería, cambiar bujías cada rato y llenar al sistema de enfriamiento por lo menos cada semana.
Las láminas más gruesas solo hacían que los autos fueran más pesados y gastaran más combustible, ya que la seguridad depende de la estructura, no del espesor de la lámina. Cuando la IIHS, la asociación de aseguradoras de Estados Unidos, cumplió 50 años, hizo una prueba de choque entre dos Chevrolet: un Malibú 2009 contra un Bel Air 1959. Un ocupante del Bel Air probablemente se hubiera muerto y en el Malibú saldría sin mayor daño.
Libre de mantenimiento
Hoy se puede andar en un auto mucho más tiempo sin hacerle nada o haciendo mucho menos que antes. La tecnología de los aceites mejoró mucho, las bujías duran más de 100 mil kilómetros, la batería es sellada y los sistemas de enfriamiento también.
Problemas comunes en autos antiguos prácticamente desaparecieron en autos actuales, como la oxidación de la carrocería, por ejemplo. Tan es así que en 2018 la empresa IHS Markit hizo un estudio que estimó que la edad promedio de los autos en circulación en Estados Unidos era mayor que nunca, llegando a 11.8 años.
Hoy es cada vez más común ver vehículos cuyo kilometraje total rebasa los 200 mil kilómetros, con las marcas Toyota y Honda mostrando los mejores promedios. Un estudio publicado por Autocosmos México en 2014, sin embargo, muestra que son estadounidenses los dos vehículos que con mayor frecuencia rebasan las 200 mil millas (320 mil kilómetros) sin mayor problema y estamos hablando de la Ford F-150 (Lobo en Mexico) y la Suburban. 4.2% de las F-150 se mantienen funcionando con kilometraje igual a superior a eso y 3.6% de las Suburban también lo hacen.
Pero hay ciertas partes de los vehículos que sí están diseñadas para durar solo por un tiempo determinado. En algunos casos son bolsas de aire, que mandarán un mensaje de error cuando cumplan 10 años de vida, obligando el conductor a cambiarlas. En autos de muy bajo costo ese cambio pudiera significar un valor tan grande comparado al precio del vehículo en el mercado, que no valdría la pena llevarlo a cabo. En un caso como este, sí aplica la idea de la obsolescencia programada.
El tema de la electrónica es más complejo y generalmente el problema es que el hardware no soporta actualizaciones infinitas de software por lo que necesita ser substituido. Cuando un auto es demasiado antiguo y ya hay pocos de ellos en las calles, ya no vale la pena para la marca que produjo el auto o el proveedor que fabricó la parte, el seguirla manufacturando, lo que hace que la dificultad de mantenimiento se incremente.
Como tal, los autos no tienen obsolescencia programada y duran más hoy que antes. Sin embargo, cuando lo que se quiere es tener un auto para toda la vida, es mejor hacerse de uno fabricado antes de la era electrónica, porque es esa la que se hará vieja primero y será mucho muy difícil, si no imposible, de repararse o reemplazarse.