Como parte de la revolución que existe en la movilidad eléctrica, se ha estado trabajando continuamente en el aumento de la autonomía y en la disminución del tiempo de recarga de las baterías.
Dentro de las últimas innovaciones se encuentra el desarrollo de baterías de iones de sodio o sal. Se trata de un sistema que en principio ofrece principios de funcionamiento similares a los de las baterías de iones de litio universalmente conocidas (y utilizadas), aunque con grandes ventajas.
Este desarrollo de Catl (Contemporary Amperex Technology), una empresa china que suministra sistemas de almacenamiento para BMW, Daimler AG y Volkswagen, tiene características potencialmente competitivas.
De hecho, el principal objetivo que se plantean los líderes de Catl es ofrecer una alternativa válida a las baterías de iones de litio, con la ventaja añadida, tanto económica como medioambientalmente, que se deriva del uso de diferentes materiales y que son independientes de los metales preciosos y las tierras raras.
Además, las baterías de iones de sodio que prometen debutar en 2023, utilizan los mismos módulos que los que se utilizan habitualmente para los sistemas de iones de litio, por lo que pueden utilizarse en las mismas plataformas.
Conjuntamente, existen otras peculiaridades que, de cara a la difusión en el mercado, hacen de las nuevas baterías de iones de sodio una tecnología potencialmente competitiva frente a las de iones de litio.
Si bien tienen una similar duración y fiabilidad, son más económicas de producir, la carga es más rápida -15 minutos es suficiente para obtener el 80% de la capacidad- y un mejor rendimiento a bajas temperaturas.