Además de Will Smith y Martin Lawrence, la afamada película “Bad Boys” de 1995 tuvo una estrella más, que hasta la fecha es sumamente admirada, se trata del Porsche 964 Turbo que fue conducido por los detectives de Miami, Marcus Burnett y Mike Lowrey.
Introducido en 1989, el Porsche 964 fue una gran diferencia con respecto a los 911 anteriores, ya que ofrecía una mejor entrega de potencia, especialmente en el caso de la versión turbo, un chasis y suspensión refinados, dirección asistida y muchas otras mejoras.
Porsche afirmó que algo así como el 85 por ciento del nuevo Type 964 era completamente nuevo. Tanto los críticos como los fanáticos del 911 elogiaron a esta generación por ser mucho más ágil, más fácil de conducir y disfrutar, exigiendo menos de sus conductores. Por su parte, el estilo era inconfundiblemente 911, pero con un toque más sofisticado y moderno.
Cerca del final de su producción, en 1994, el 964 Turbo generaba 355 hp con su motor de seis cilindros y 3.6 litros, acelerando de 0 a 100 km/h en 4.1 segundos, terminando el cuarto de milla en poco más de 12 segundos y superando los 280 km/h.
Sin duda, fue el viaje perfecto para dos detectives destacados en Miami que investigan la desaparición de drogas de la mafia confiscadas, como se muestra en el original "Bad Boys".
Considerando estas prestaciones y como un entusiasta de los autos Michael Bay, director de Bad Boys, eligió al Porsche 911 -964- Turbo 1994 como vehículo de los detectives de la película.
De hecho, en ese momento Bay ya era coleccionista de autos, y 911 en cuestión era de su propiedad. Bay le dijo una vez a la revista Car and Driver: “La productora no quería alquilar un automóvil y no teníamos el dinero para alquilar uno. Y Porsche no quería apoyar la película”.
Como tal, recurrió a su propia flota y eligió este 911 para usarlo en el rodaje. Es un hecho que el auto marcó el tono de la película desde el principio y se reafirmó como un personaje que apoya los esfuerzos de Smith y Lawrence.
Originalmente, la película estaba programada para filmarse en Nueva York, pero varias razones llevaron la producción a Miami, Florida; en gran medida se pensó que Miami era mucho más atractivo desde el punto de vista climático.
Pero, Miami también ofreció una serie de escenarios fantásticos y caminos de conducción junto con vías fluviales para permitir que las lanchas rápidas se unieran a la diversión. A fin de cuentas, hay influencias de “Miami Vice” en la película, algo en lo que el 911 Turbo encaja bien.
Años después de la filmación de la película, en 2005, Michael Bay decidió vender el 911 al productor Pat Sandstone, quien también trabajó en “Bad Boys”. Tres años después, fue comprado por Matthew Drendel, un conocido coleccionista y fanático de Porsche.
Finalmente, en 2022, este emblemático Porsche 911 en color negro con las mismas placas que se ve en la película -la delantera 447 DB 75 y la trasera BAD BYS1-, una vez más cambió de dueño.
Con 56,000 kilómetros en el odómetro, este auto de película fue subastado por Mecum Auctions en 1.4 millones de dólares.