Luego del lanzamiento del Cayenne a principios del Siglo XX, Porsche consideró crear tres variantes de carrocería: coupé, una opción extendida de 20 centímetros de tres filas de asientos y una convertible.
Aunque no lo pareciera, lo que podría haber parecido la opción menos convencional, un descapotable de aproximadamente 4.8 metros de longitud basada en el Cayenne fue más allá de idea, al grado que se construyó una unidad. Hoy en día, este ejemplar permanece en el Museo Porsche.
Este prototipo no se trató de una unidad para circular por carretera, sino de una maqueta que se puede conducir en instalaciones cerradas al tráfico. Sus diseñadores quitaron el techo, pero prescindieron de las medidas necesarias de rigidez para la carrocería de un convertible.
Incapaz de proporcionar una conducción segura y estable, el vehículo se transporta a su destino cuando es necesario. Nunca se planificaron pruebas de conducción, ya que esta unidad se hizo simplemente para evaluar cuatro criterios.
- ¿Se va cómodamente sentado en el vehículo cuando el techo desciende en forma de coupé hacia la parte trasera y cuando el parabrisas y los pilares A son más cortos?
- ¿Es práctico el Cayenne como modelo con dos puertas que son 20 centímetros más largas?
- ¿Es posible incorporar una capota de lona elegante y de alta calidad que también se pueda plegar rápidamente?
- ¿Cómo debe diseñarse la parte trasera?
Si la Cayenne hubiera llegado a la producción, obviamente se habría optado por un único diseño trasero y los problemas técnicos, sin duda, se habrían resuelto. Ya entonces se concibió un mecanismo de techo blando que ahora es familiar: la tapa de la cajuela de este Cayenne prototipo iba enganchado tanto en la parte delantera como trasera, lo que permitía abrirlo en ambas direcciones.
Esta capota se desplazaría sobre el arco de seguridad fijo y estaría alojada en la parte trasera, donde la tapa del maletero se abriría en la dirección opuesta, y dicha capota se plegaría en forma de Z. Se trata de una solución semejante a la del 911 Targa, desde el modelo de la generación 991.
No obstante, el mecanismo nunca pasó de la etapa de simulación por ordenador para el Cayenne convertible y no acabó de construirse por completo. Hoy, el techo de lona se guarda en el maletero de la pieza de museo y debe colocarse manualmente si es necesario.
Si bien la idea del coupé de 2002 se retomó más tarde y se implementó en 2019 en un exitoso Cayenne de producción, Porsche no siguió adelante con la alternativa del convertible. Las previsiones sobre rentabilidad no eran especialmente halagüeñas y había dudas de si el vehículo iba a resultar tan atractivo como debería ser un Porsche.