Todos conocemos a la marca Bugatti. Sinónimo de elegancia y excelencia, destacó a lo largo de la historia como una de las firmas de mayor prestigio en Francia y en el mundo. Su fundador, Ettore Arco Isidoro Bugatti, fue el responsable de dar el puntapié inicial a una gloriosa camada de automóviles que siempre dió de qué hablar por sus diseños revolucionarios, a veces extravagantes, pero siempre con un refinado gusto. Esta habilidad la heredó su hijo Jean, responsable del diseño de uno de los autos más hermosos de la historia, el Type 57 SC Atlantic.
Pero volvamos al el viejo Ettore. Durante los últimos años de su vida, ya tenía cosechados los frutos del éxito de su firma con numerosas victorias en las carreras y con su marca posicionada como una de las más exclusivas de Europa; pero Ettore Bugatti quería más, quería llegar más alto. Para lograrlo, en 1938 se asoció con el diseñador e ingeniero belga Louis de Monge, con el objetivo de crear el avión más veloz del orbe, capaz de batir el récord mundial de velocidad que por ese entonces pertenecía al italiano Francesco Agello, quien alcanzó los 709.209 km/h en un Macchi M.C.72.
Louis de Monge y Bugatti pusieron manos a la obra y en su frenesí creativo diseñaron el 100P, un avión indiscutiblemente hermoso y a la vez radical, con un timón de cola en forma de “V” a 120⁰, tren de aterrizaje retráctil (todo un avance, ya que para esa época todavía se seguían fabricando biplanos con ruedas fijas), alas en forma de flecha invertida. Además, contaba con una extrañísima configuración que permitía la inclusión de dos motores Bugatti de ocho cilindros en línea con 4.5L y 450 Hp cada uno montados en la parte posterior de la cabina, conectados a las dos hélices contrarrotativas situadas en el frente mediante un complicado sitema de cardán (ver galería).
El avión debía estar listo para finales de 1939, la Fuerza Aérea Francesa ya había tomado contacto con Bugatti para ponerse al tanto de la tecnología que estaba desarrollando hasta el punto que llegaron a planificar la producción en masa del 100P, con la esperanza de hacerle frente al inminente avance alemán, que para ese entonces ya marchaba sobre Polonia. Pero todo se paralizó con la invasión a Francia por parte de la Wehrmacht en Mayo de 1940, provocando que Bugatti y Monge escondieran su proyecto a medio terminar para que no cayera en las manos enemigas.
La guerra pasó, dejando millones de muertos, miseria y destrozos en las tierras francesas, pero sin embargo, el escondite funcionó bien, ya que el avión se mantuvo intacto. Ettore Bugatti falleció dos años después de finalizada la contienda, en 1947, y los planes para continuar con el proyecto se desvanecieron. Pasaron muchos años y el avión, que soportó el embate de las batallas, no pudo ganarle a los elementos naturales. Varias maderas se pudrieron, sus motores fueron perdiendo piezas que fueron usadas como repuestos y actualmente una versión restaurada pero incapaz de volar es exhibida en el museo de Art Decó Mullin Automotive, en Los Ángeles.
La vuelta a la vida del Bugatti 100P
En el 2009, un grupo de entusiastas liderado por Scott E. Wilson se propuso crear una réplica del 100P capaz de volar. Para ello se valieron de un sistema de colaboración monetaria a través de Internet, donde cualquier persona podía donar una cierta cantidad de dinero a la causa a cambio de recompensas según el monto aportado. Fue así como se logró que el proyecto sea literalmente internacional, ya que el fuselaje fue construido en EE.UU., las hélices fueron diseñadas en Suecia y construidas en Inglaterra, al igual que el intrincado sistema de engranajes, mientras que los estudios aerodinámicos se hicieron en Brasil, con consultores de ingeniería franceses y alemanes.
El avión está en la etapa final de desarrollo, todavía falta el armado del instrumental y su puesta a punto. Vale la pena recordar que los encargados del proyecto lograron hacerse de dos motores Bugatti originales, idénticos a los que llevaba el proyecto original. Esperemos que en poco tiempo podamos darte la noticia de que el renovado 100P surcó los aires, tal como lo soñó Ettore Bugatti. Para estar al tanto de los progresos, puedes visitar la Fan Page del proyecto.
No te pierdas la galería de fotos para sorprenderte con el diseño estético y mecánico de este avión.
Bugatti 100P, el paso a paso.