Pareciera que los modelos icónicos de Porsche no se acaban nunca. Cuando no se homenajea a un histórico de la competición, es a un piloto; o si no es a algún modelo de aniversario que puede ser uno de esos raros de los que se vieron muy poco.
El Porsche 911 GT1 es uno de esos unicornios que cumple ambos requisitos, pues por allá de 1998, la marca participó en la categoría GT1 de Le Mans con un 911 desarrollado exprofeso para esa especialidad, pero, como dicta la norma, el auto debía tener una homologación para calle y Porsche se puso a trabajar para dar origen al rarísimo GT1 Strassenversion. Un modelo del que sólo se produjeron 25 unidades y que hoy puede llegar a costar de 5 millónes de euros, para arriba.
Porsche GT1 Strassenversion
Bueno, todo lo anterior para darte un contexto de dónde rayos sacó insporación el restaurador y preparador británico, Thuthill, para su último y más reciente modelo salido de sus talleres: el Porsche 911 Thuthill GT1.
Y es que no hace falta “un gran ojo” para notar el gran parentesco en las líneas logradas por el restaurador y que son obra del diseñador Florian Flatau, que también trabajó en Singer, para darnos una idea. Así que bueno, lo que siguió fue un diseño invariablmente ligado al Porsche 911 GT1 de Le Mans, con una carrocería hecha a medida y añadiendo impresionantes componentes estéticos y que está pensada para que, posteriormente, el propietario pueda instalar un kit aerodinámico para pista:
- Enorme y cóncavo alerón posterior
- Entrada de aire en el techo
- Rines de diseño aerodinámico
- Faros tipo 993
- El diseño de calaveras abarca todo el ancho de la zona posterior
En el habitáculo del 911 GT1, Thuthill propone una disposición de dos plazas (ni que hubiera espacio para más), protegido por un jaula de seguridad certificada por FIA. Se nota un diseño elegante y minimalista donde el principal protagonista el el display digital, la consola central con todo los botones e interruptores, así como un diseño de palanca de velocidades de diseño bastante peculiar, pero en total sintonía con el resto. La tapicería clara contrasta con los ribetes naranjas y los paneles negros de la consola, mientras que el volante personalizado de tres brazos destaca por si solo.
La gente de Thuthill no soltó prenda sobre la base utiizada para este proyecto, quizás fue el chasis de un 911, pero tampoco quisieron confirmarlo. Sin embargo, trabajaron para montar en configuración central un bóxer de seis cilindros de 4.0 litros, obviamente modificado para entregar más de 500 Hp, mientras que la edición turboalimentada desarrollará más de 600 Hp directamente al eje trasero vía una trasmisión automática de siete velocidades o una manual. El auto pesa solo 1,200 kilos.
De sobra está decir que cada centímetro, detalle y acabado de este auto ha sido cuidado al extremo, y no es para menos porque Thuthill solo caonstruirá 22 unidades.